La imagen que el sector turístico español da de conflictos y polémicas vienen concentrándola varios gigantes, con el ejemplo más reciente de Ryanair con su tono frente Aena. También Booking está captando la atención por sus denuncias de abusos por parte de los hoteleros y las enormes multas por ello, de igual modo que Airbnb se encuentra igualmente en el foco de la controversia. Y respecto a las dudas sobre las ayudas públicas, los casos de Air Europa y Ávoris se erigen en los protagonistas (La CNMC confirma la multa histórica a Booking).
La prensa generalista traslada por ello al ciudadano medio una representación de la primera fuente de prosperidad del país alejada a las prácticas éticas de la mayoría de grandes empresas y también de pymes, reconocidas por trayectorias de buen hacer y estabilidad, en muchos casos con varias generaciones de familias comprometidas con sus proyectos, equipos, clientes y proveedores (Consumo abre expediente sancionador a Airbnb por publicar pisos turísticos ilegales).
En cambio, modelos como el de Tripadvisor, al que ya se le está poniendo coto también desde Italia, muestran un patrón de gigantes mundiales con estilos de abusos en línea con las low cost y la mayor OTA global. Del lado de la propiedad extranjera de grandes empresas, los fondos financieros en el emisor lapidaron crédito por la forma en la que quebraron Orizonia, mientras que en los de capital nacional las sospechas sobre empresarios conocidos por sus incumplimientos y mentiras se centran en sus contratos con la administración (Orizonia: una década del mayor colapso turístico español).
España ha concebido en los últimos años a fiables inversores para la propiedad hotelera, que se han sumado en su honorabilidad a las dinastías del negocio vacacional con principalmente gran foco de su rentabilidad en el Caribe, y a los grupos de intermediación vertical más pujantes pero a su vez humildes y sin afán de reconocimiento.
La visibilidad del sector en el mundo económico también se ve influida por su participación en Bolsa, de donde sale NH y va a entrar Hotelbeds condicionada por su endeudamiento, y donde un coloso como Edreams encadena varios años sin exhibir destacados crecimientos, mientras Amadeus se caracteriza por presentarse como tecnológica y con una cuota de mercado abrumadora que le permite márgenes sin comparación en la industria (Nicolas Huss: la salida a Bolsa supone “un hito para HBX Group”).
El sector, repudiado y vilipendiando con frecuencia por algunos espectros de la política y la prensa, parece sufrir así una imagen alejada de lo que es la realidad diaria de la mayoría de proyectos, con la ética, los valores y el cariño como patrones habituales, frente al protagonismo que gozan los comportamientos menos dignos y respetuosos con el espacio de los demás.