Christian Estrosi, el presidente de la ciudad de Niza, al sur de Francia, ha anunciado la prohibición total de la entrada de cruceros con más de 900 pasajeros al puerto de Villefranche sur Mer, en la costa Azul. Villefranche no es Niza, pero su puerto está dirigido por Estrosi a través de la entidad metropolitana.
La medida entrará en vigor el próximo 1 de julio y se trata del primer puerto que adopta una decisión tan radical.
El argumento es que los barcos contaminan y que la ciudad recibe miles de viajeros que no consumen pero sí dejan residuos.
En el caso de Niza, se prohíben las lanzaderas que transportan a los turistas desde los barcos fondeados delante de la ciudad, dado que su puerto no acepta buques de grandes dimensiones.
CLIA, la organización que agrupa a los cruceros, deploró las palabras del alcalde de Niza, añadiendo que únicamente tres barcos grandes y 34 intermedios tenían previsto fondear durante 2025 en la zona.
El presidente de Marsella Provenza Cruceros, por su parte, dijo que Niza y Villefranche tienen apenas 150 mil cruceristas al año, apenas el uno por ciento de los pasajeros que tiene el aeropuerto (15 millones).
La responsabilidad de Estrosi acaba a los 300 metros de la costa, por lo que aún los cruceros tal vez podrían fondear más lejos.