Ryanair ha intensificado su presión sobre Boeing para que acelere la entrega de aviones, y así cumplir con sus objetivos de tráfico de pasajeros. Representantes de la low cost irlandesa acudieron a principios de enero a la sede del fabricante en Seattle para trabajar conjuntamente y estudiar los avances en los pedidos pendientes (Ryanair desconfía de Boeing: “El riesgo de más retrasos es alto”)..
A través de un comunicado, la compañía, que actualmente cuenta con una flota de 609 aeronaves, de las cuales 172 son B737-8, ha insistido en que las demoras afectarán a sus planes de expansión para el ejercicio 2026. “Ya no esperamos que entregue suficientes aviones antes del verano de 2025”, ha destacado su CEO, Michael O´Leary.
A pesar de que Boeing está recuperando el ritmo de producción tras la huelga de finales de 2024, la low cost se ha visto obligada a revisar sus previsiones para 2026 a 206 millones de clientes (+3%). Confía en que los 29 aviones restantes de su pedido de 210 unidades se entreguen antes de marzo de 2026, permitiendo así compensar el crecimiento retrasado en el verano de 2026 en lugar de 2025 (Ryanair añadirá 29 nuevos Boeing 737 Max en 2025).
En paralelo, busca aprovechar las limitaciones de capacidad que afectan a otros operadores europeos. Así, planea redirigir su crecimiento limitado hacia regiones y aeropuertos en países como Polonia, Suecia e Italia, donde las autoridades están eliminando impuestos a la aviación y ofreciendo incentivos para el tráfico. A su juicio, estas condiciones permiten optimizar su capacidad y garantizar el crecimiento rentable con tarifas bajas en el futuro.
En el plano financiero, Ryanair registró un beneficio neto de 149 millones de euros en el tercer trimestre fiscal, superando con creces los 15 millones obtenidos en el mismo periodo del año anterior. Este incremento se explica por un aumento del 9% en el tráfico, alcanzando los 45 millones de pasajeros, y unas tarifas ligeramente más altas. Sin embargo, los beneficios acumulados de los primeros nueve meses, que ascienden a 1.940 millones de euros, reflejan una caída del 12%.
A largo plazo, la low cost se muestra optimista respecto a su expansión. Prevé obtener ventaja competitiva por las limitaciones de capacidad en Europa, las reparaciones de motores de Pratt & Whitney y los retrasos en las entregas de aviones de Airbus. De hecho, confía en que su ventaja de costes, resiliencia operativa y flota eficiente le permitirán alcanzar los 300 millones de pasajeros anuales en la próxima década.
Al hilo de este último aspecto, la aerolínea también ha anunciado que su capacidad para el verano de 2025 está prácticamente completa, con 164 nuevas rutas disponibles, sumando un total de 2.600 rutas en toda su red.