El Airbus 350 de Singapore Airlines, vuelo SQ52, había partido de su país sin incidencias. Llegó al espacio aéreo de Gran Bretaña para aterrizar en el aeropuerto de Manchester. Pero cuando se aproximaba, fue informado que, debido a una fuerte nevada, el aeropuerto estaba momentáneamente cerrado. Tras una espera para ver si había novedades, el piloto acudió a Gatwick, un aeropuerto alternativo, donde aterrizó tras quince horas volando.
Una hora después, la misma tripulación, en el mismo avión, informada de que podría tomar tierra, despegó nuevamente desde Londres a Manchester. Pero entonces había congestión aérea, con muchos aviones esperando pista, de forma que el avión hubo de esperar hasta que una hora después decidió buscar otro aeropuerto, de nuevo Gatwick, a donde llegó dos horas después de haber partido.
Finalmente, la tripulación quedó fuera de sus límites horarios de trabajo, por lo que el vuelo se reanudará este lunes.
