España destaca como el país europeo donde la población local muestra mayor apoyo a limitar el número de turistas que una ciudad o destino puede recibir. Además, los españoles, junto con los daneses, son de los europeos que más respaldan la implementación de tasas turísticas como estrategia para combatir el overtourism. La siguiente infografía interactiva (con datos de Statista a partir de una encuesta de YouGov) detalla el porcentaje de ciudadanos en cada país de Europa que apoya esta medida. Sin embargo, surge la pregunta: ¿serían estas tasas una solución efectiva para reducir el turismo masivo, o su implementación a precios muy altos podría transformar los destinos y ciudades en exclusivas opciones solo aptas para viajeros adinerados?
El 54% de los españoles, a favor de las tasas turísticas
Según explica Statista, una encuesta realizada por Yougov en agosto de 2024 analizó las opiniones de los europeos sobre la introducción de un impuesto turístico en las ciudades más visitas con el fin de limitar el overtourism.
La encuesta reveló que el 54% de los encuestados en España apoya firmemente o en cierta medida esta idea. En Dinamarca, este porcentaje alcanza el 53%. En cambio, menos de la mitad de los italianos y británicos encuestados se muestran a favor de esta iniciativa.
Grado de apoyo en España a la propuesta de implantar tasas turísticas en las ciudades más visitadas
- Apoyo firme 25%
- Apoyo parcial 29%
- Me opongo parcialmente 19%
- Oposición firme 20%
- No sé 7%
Grado de apoyo firme o en cierta medida a la propuesta de implantar tasas turísticas en las ciudades más visitadas, por países
- España 54%
- Dinamarca 53%
- Francia 50%
- Alemania 49%
- Gran Bretaña 48%
- Suecia 47%
- Italia 45%
Una imagen de la capital danesa, Copenhague. Fuente: Adobe Stock
¿Serían eficaces las tasas turísticas para combatir el overtourism?
La encuesta de YouGov se realizó a un total de 9.621 personas de siete países europeos. La pregunta se formuló en los siguientes términos: “Las siguientes son todas acciones que las ciudades/destinos turísticos populares han tomado o propuesto como una forma de reducir el overtourism (exceso de turismo). Para cada una de las siguientes, indique si apoyaría o se opondría a cada sugerencia: Exigir a los turistas que paguen una tasa turística para visitar las ciudades populares”.
Ahora bien, ¿son eficaces las tasas turísticas para mitigar el overtourism?
Cabe recordar que en España los impuestos por pernoctaciones solo se aplican en dos comunidades autónomas: Cataluña y Baleares.
Barcelona es una de las cinco ciudades de Europa con la tasa turística más elevada, según se desprende de una tabla comparativa elaborada por el Gremio de Hoteles de la capital catalana. Además, las ordenanzas fiscales municipales para 2025 contemplan subidas del IBI que afectarán a 208 hoteles, así como el incremento de tasas a autocares turísticos, terminales de cruceros y atracciones.
Por otro lado, la presidenta del Govern balear, Marga Prohens, afirmó el pasado octubre que si el sector hotelero planteaba que “hay margen para subir precios” también debe haberlo para incrementar en verano la tasa turística con el fin de contener el flujo de visitantes.
La tasa turística más cara del mundo es la de Bután: 100 euros al día. Nueva Zelanda ha triplicado la “Tasa de Conservación y Turismo de Visitantes Internacionales” que pagan los viajeros extranjeros por entrar en el país.
Ignacio Vasallo, exdirector de Turespaña, apuntaba en un post publicado en la Comunidad Hosteltur: “En el mercado europeo de sol y playa, la mayor parte de los productos son intercambiables, commodities, en cuyo caso el precio se convierte en un factor decisivo, por lo que, si se quiere reducir o controlar el número de visitantes, incrementar el coste de las vacaciones puede resultar efectivo. Eso no funciona para los destinos únicos como París, Barcelona o Nueva York, pero quizás con una fuerte subida de las actuales tasas podríamos averiguar algo más. El experimento ya está en marcha en Ámsterdam con la nueva tasa del 12,5% en las pernoctaciones, que resulta en casi 22 euros por noche de media”.
No obstante, en algunas ciudades, una tasa turística elevada podría generar otro efecto: el desplazamiento de turistas hacia hoteles y viviendas turísticas de localidades limítrofes (bien conectadas con transporte público) donde el impuesto de pernoctaciones sea inexistente o mucho más barato.
Argumentos de los hoteleros canarios contra la tasa turística
El debate sobre implantar o no una tasa turística se ha acentuado en Canarias. El pasado octubre, varias asociaciones hoteleras de las islas (Ashotel, FEHT, Asofuer, y FTL) expresaron su opinión en contra a la proposición de ley presentada por el Grupo Parlamentario Socialista para implantar en Canarias un impuesto a las estancias turísticas.
Según los empresarios turísticos canarios, dicha medida “no reducirá el número de visitantes y supone un castigo injustificado al turismo, que solo restará competitividad al destino.” En cuanto a la recaudación que se espera obtener con este nuevo impuesto, 250 millones anuales, según la propuesta socialista, las patronales insisten en la idea de que “Canarias no tiene problemas de financiación, sino de gestionar mejor los recursos que tiene”.
“Un nuevo impuesto a la pernoctación no resulta útil como medida para gestionar los flujos turísticos, ni tampoco para abordar los auténticos déficits en infraestructuras que arrastra el Archipiélago y que no han dado respuesta al notable incremento de población de los últimos 25 años”, añaden las patronales turísticas. No obstante, estas asociaciones sí se muestran a favor de aplicar turísticas para acceder a determinados espacios naturales de las Islas.
Las ecotasas no están diseñadas para controlar flujos de visitantes
Por su parte, el experto en turismo sostenible Arturo Crosby advierte que “las ecotasas no están diseñadas ni valen para reducir la afluencia turística y evitar la masificación de cualquier espacio natural”.
Las ecotasas, explica Crosby, sirven en realidad para “responder a la necesidad de los visitantes” y de este modo se emplean para preparar y mantener senderos turísticos, señalizar rutas, etc.
En este sentido, explica Crosby, una ecotasa “es una herramienta enfocada a dar servicio, no a controlar el flujo de visitantes, para lo que existen otros instrumentos físicos y de gestión emocional o comunicativa”.
“Ni tasas, ecotasas ni impuestos sirven en lo absoluto para reducir la afluencia de turistas ni la masificación y en todo caso sería un instrumento socioeconómicamente discriminatorio”, añade.
Además, según indica Arturo Crosby, el mensaje que trasladaría una “ecotasa” teóricamente diseñada para reducir el número de visitantes sería “que lo natural, ecológico y sostenible está definido para un turismo exclusivo o de lujo, por el numerus clausus que establece dicho pago, ya que para que funcione su importe debería ser muy, muy alto”.
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