Los aviones transportan dos cajas en las que se almacenan por un lado todas las conversaciones de los pilotos y, por otro, toda la información de los parámetros del avión. La primera con las conversaciones se ha podido rescatar y ya se han descargado, la segunda definitivamente no se puede salvar, según ha dicho el vicedirector de la agencia de la aviación civil de Corea, Joo Jong-wan (Corea ordena inspeccionar todos los Boeing 737-800 del país).
Los especialistas creen que los datos de la caja irrecuperable hubieran aportado elementos de juicio porque ahora sólo se podrá contar con las palabras de los pilotos. Existen sospechas de que además de los fallos que se vieron en las grabaciones de vídeo, algo hizo que los pilotos giraran de forma inusual y aterrizaran sin desplegar el tren de aterrizaje, a gran velocidad y sin desplegar los mecanismos de frenado en las alas (A toda velocidad y sin control: así fue el fatídico accidente del Boeing 737 coreano).
Por otro lado, en una operación insólita en estos casos, la policía ‘tomó’ la sede de Jeju Airlines en el aeropuerto de Muan así como prohibió la salida del país del director de la aerolínea, Kim E-bae.
Soldados y policías vestidos de blanco ‘peinan’ la sede de la aerolínea en el aeropuerto, mientras monjes vestidos de naranja rezan en las inmediaciones.
El despliegue mediático en torno al siniestro es absolutamente espectacular. Este jueves, los medios se centraron en por qué al final de la pista había una estructura fija contra la que se estrelló el avión. En otro sentido, se investiga por qué las aerolíneas low cost coreanas hacían el mantenimiento de sus aviones fuera del país.