Ryanair ha anunciado que durante 2025 incorporará otros 29 nuevos B737Max a su flota, tras aclarar con Boeing la situación de producción (Pulso de Ryanair a Aena: amenaza con recortes en España).
Estos aviones, con la mala fama que dan los dos siniestros sufridos y la pérdida de la portezuela en una unidad de Alaska Airlines, tienen un ahorro de combustible de casi el 20 por ciento sobre los mismos modelos de Airbus, según dice por ejemplo Air Canadá, que ha ordenado que su filial Rouge se vaya desprendiendo de los aviones europeos.
Ryanair, como es habitual, ha aprovechado el anuncio para hacer política: dijo que destinará los aviones a aeropuertos situados en los países que tienen políticas favorables a la aviación, como España, Suecia (que acaba de retirar los impuestos a los viajes), Polonia e Italia, en contra del Reino Unido, Francia y Alemania.
Esta ampliación de la capacidad de Ryanair tendrá lugar justamente cuando la demanda está creciendo y cuando los fabricantes de aviones se estan mostrando incapaces de atender los pedidos. Porque no sólo Boeing, sino también Airbus tiene retrasos importantes.
Los nuevos aviones, que apenas suponen un aumento de flota del cinco por ciento, tienen el potencial de crear hasta dos mil nuevos puestos de trabajo en varios países y atender unos 200 vuelos diarios adicionales.
