En esta edición de Lounge Chats de TecnoHotel, hablamos con Manuel Fragero, presidente de la Asociación de Empresarios de Hospedaje Córdoba (AEHCOR) y gerente del Hotel Marisa, situado en pleno corazón de la judería cordobesa. Con una trayectoria que comenzó en el mundo de la ingeniería agrónoma, Manuel dio un giro hacia el sector turístico hace más de una década y hoy lidera un grupo que incluye hoteles, apartamentos turísticos y viviendas en una de las ciudades con más encanto y legado cultural de España.
Conversamos sobre la evolución del turismo en Córdoba, los retos del sector hotelero, el impacto de la vivienda turística, la digitalización y el papel de la colaboración público-privada para potenciar la promoción de la ciudad.
Trayectoria profesional
—Manuel, cuéntanos un poco sobre ti. De ser ingeniero agrónomo pasaste a liderar un grupo hotelero y convertirte en presidente de Aehcor. ¿Cómo ocurrió este cambio?
—Pues fue un giro bastante interesante. Todo empezó en 2010, cuando mi madre heredó una casa en Córdoba. Ese mismo año se publicó el Decreto 194/2010, que regulaba los apartamentos turísticos en Andalucía, y vimos la oportunidad de transformar esa casa en un edificio de apartamentos turísticos. Ahí nació todo. Desde entonces hemos ido creciendo poco a poco: ahora gestionamos no solo apartamentos turísticos, sino también el Hotel Marisa, algunas viviendas adicionales y un equipo de 30 personas. Es un negocio familiar, ya que mi hermano trabaja conmigo, y hemos conseguido consolidar un grupo que no solo aporta al turismo de Córdoba, sino que también nos permite aprender y crecer cada día.
Evolución del turismo en Córdoba
—Hablemos del sector turístico en Córdoba. Yo llevo unos 15 años vinculado profesionalmente a esta ciudad y he visto una evolución muy clara. ¿Cómo describirías tú los cambios en los últimos años?
—La evolución ha sido impresionante. Desde los años 90, cuando se abrieron grandes hoteles como el Alfaros, el AC, el Hotel Center o el Eurostars Palace en el Vial Norte, la ciudad ha ido ganando presencia turística y consolidándose como destino. También hubo hitos importantes, como el cierre del Occidental Gran Capitán, derribado en 2006, y que marcó una etapa.
Además, en los últimos años hemos visto un auge de los hoteles de alta gama como el Mezquita Center, todavía en construcción, y, por otro lado, la aparición de apartamentos y viviendas turísticas. En el presente, Córdoba no solo es una ciudad de paso, sino que hemos logrado consolidar proyectos turísticos muy interesantes, aunque seguimos afrontando retos, como atraer más eventos de MICE y retomar la touroperación con fuerza. Gracias a nuestra conectividad, tanto por AVE como por carretera, somos un destino muy competitivo para los fines de semana. Lo que necesitamos ahora es afinar nuestra estrategia promocional, por eso reclamamos a la administración un poco más de precisión.
—Y hablando de plazas hoteleras, ¿cuál es la capacidad actual de Córdoba
—Córdoba cuenta con 91 establecimientos hoteleros, 3.819 habitaciones y 7.544 plazas, según los datos del INE actualizados en octubre de 2024. Estos números reflejan un crecimiento continuo, aunque también debemos tener en cuenta que el mercado está en constante evolución, con nuevos proyectos que podrían sumar más capacidad en los próximos años.
Perfil del turista en Córdoba
—¿Cuál es el perfil del visitante que recibe Córdoba hoy? ¿Ha cambiado en los últimos años?
—El turista nacional sigue siendo predominante, especialmente de comunidades como Madrid, Cataluña, País Vasco y la Comunidad Valenciana. En cuanto al turismo internacional, los mercados europeos lideran: Francia, Alemania, Italia y Reino Unido son los principales emisores. Pero también hemos observado un aumento significativo del turismo asiático, especialmente de China, Japón y Corea del Sur, además del americano, que se ha visto favorecido por nuevas conexiones aéreas desde Málaga a Nueva York.
El gran reto está en convertirnos en un destino que no sea simplemente de paso. Actualmente, muchos turistas internacionales hacen itinerarios que incluyen Granada, Sevilla y Córdoba, pero solo pasan unas horas en nuestra ciudad. Queremos que se queden más tiempo y descubran todo lo que Córdoba tiene para ofrecer. Es cierto que la touroperación de largo radio no está pernoctando como nos gustaría, pues seguimos siendo ciudad de paso.
—¿Qué papel juegan las instituciones en la promoción turística de Córdoba? ¿Existe colaboración público-privada?
—Sí, trabajamos de la mano con el Patronato de Turismo y Turismo Andaluz. Participamos en ferias y eventos importantes, pero aún estamos lejos de tener la visibilidad de ciudades como Sevilla o Málaga. Nos reflejamos en sus campañas integradas, que son ambiciosas y posicionan mejor a estos destinos. Nosotros estamos quizá como Granada, un poquito a remolque de estos grandes destinos.
En definitiva, Córdoba tiene mucho potencial, pero necesitamos una estrategia más coordinada. Por ejemplo, Málaga tiene su temporada alta cuando nosotros estamos en temporada baja, lo que podría permitirnos atraer su touroperación y complementar la oferta de playa con nuestra riqueza cultural y monumental, pues Córdoba tiene cuatro patrimonios de la Humanidad y una gastronomía envidiable.
En concreto, tenemos que estar presente en más ferias internacionales como la ITB de Berlín o el World Travel Market de Londres, conocer bien nuestro nicho y trabajar campañas digitales dirigidas a mercados concretos. Además, tenemos que fortalecer la colaboración público-privada y potenciar eventos culturales como el Festival de la Guitarra, Cosmopoética o el Concurso Nacional de Arte Flamenco, que son fundamentales para nuestra identidad y atractivo turístico.
—Interesante la oferta cultural y gastronómica de Córdoba, pero ¿consideras que se está acabando un poco con ese comercio tradicional de la ciudad que la hacía tan diferente a otros destinos? ¿Se están estandarizando los centros históricos de las ciudades?
—Aunque está cambiando, en Córdoba tenemos todavía una asociación muy importante de artesanos que trabajan en el zoco municipal junto a la sinagoga, elaborando piezas únicas como la filigrana, el cordobán o la alta joyería, que tienen un gran valor artesanal y un legado increíble. También hay talleres de marroquinería y maestros guitarreros que fabrican instrumentos para artistas de renombre.
Además, nuestras tabernas tradicionales, como Salinas o Sociedad Plateros, son parte esencial de la cultura cordobesa, donde los vinos de Montilla-Moriles son los grandes protagonistas. Las franquicias aún no nos pueden imitar, pero es verdad que deberían conocerse más y tener más promoción.
Digitalización en el sector hotelero
—Estamos en TecnoHotel, así que no puedo dejar de preguntarte por la digitalización. ¿Cómo están los hoteles cordobeses en este aspecto?
—Estamos avanzando, pero aún queda trabajo por hacer. La digitalización es fundamental para la sostenibilidad y la eficiencia operativa. Por ejemplo, el check-in digital es una herramienta imprescindible para agilizar los procesos y evitar largas colas en recepción, especialmente cuando llegan grupos grandes. También vemos la necesidad de incorporar llaves electrónicas, que permiten un mejor control del consumo y la sostenibilidad.
En cuanto a sistemas de gestión como los PMS o CRM, la mayoría de los hoteles están bastante actualizados, aunque algunos más pequeños todavía tienen que adaptarse a las nuevas tecnologías. La reciente normativa sobre registro de huéspedes nos obliga a seguir avanzando en este sentido, pues no podemos hacerlo con un escáner y es fundamental digitalizarse cuanto antes, también con especial hincapié en rentabilizar al máximo cada metro cuadrado del hotel.
Impacto de la vivienda turística
—La proliferación de viviendas turísticas ha sido un tema polémico. ¿Cómo está afectando al sector en Córdoba?
—El impacto ha sido significativo. La vivienda turística ha generado tensiones sociales y económicas, especialmente en el casco histórico, donde ha encarecido los precios y transformado el uso residencial en uso turístico. El problema no es tanto la vivienda turística en sí, sino la que opera de forma desleal, sin cumplir con las normativas ni pagar los mismos impuestos que los hoteles. Esto crea una competencia desigual. Al final, está afectando a nuestro casco histórico, uno de los más grandes de Europa, pues muchos residentes se están viendo obligados a mudarse al extrarradio.
Aun así, ya se están tomando medidas para limitar el número de viviendas turísticas en ciertas áreas y regular la carga que puede soportar cada barrio. Pero también es fundamental incentivar la construcción de hoteles sostenibles y fomentar el alquiler residencial para que el centro histórico siga siendo habitable para los cordobeses.
Estacionalidad y retos de futuro
—Córdoba siempre ha tenido que lidiar con la estacionalidad, sobre todo en verano. ¿Sigue siendo un problema importante?
—La estacionalidad sigue siendo un reto. La mayoría de los ingresos turísticos se concentran en primavera (Semana Santa y los Patios) y otoño (congresos). En verano, las altas temperaturas reducen la ocupación, pero estamos trabajando para contrarrestarlo con eventos como el Festival de la Guitarra o actividades nocturnas, pero para eso hay que adaptar los horarios de los monumentos y de la propia vida social.
Además, tenemos precios muy competitivos en verano y una playa con bandera azul a menos de 20 kilómetros, en Almodóvar del Río, y muy buena conexión con la Costa del Sol, lo que puede atraer a turistas internacionales que buscan cultura, sol y gastronomía. La cuestión es segmentar y preparar buenos paquetes turísticos para atraer al turista idóneo, pues nuestro calor es el mismo que el de Sevilla.
—Para cerrar, ¿cómo ves el futuro de Córdoba como destino turístico?
—Mi objetivo es que Córdoba se convierta en un modelo de turismo responsable, sostenible y de calidad. Tenemos que mejorar también la conectividad, especialmente internacional, y aprovechar nuestro aeropuerto, que está operativo, pero infrautilizado. También es fundamental alargar la estancia media de los visitantes (actualmente es de 1,8 noches), atrayéndolos con una oferta diversificada que combine cultura, gastronomía y sostenibilidad.
Además, creo que debemos proteger nuestra identidad. Córdoba es una ciudad única, con cuatro Patrimonios de la Humanidad, algo que ni siquiera Roma tiene. Debemos preservar este legado y hacerlo compatible con el crecimiento turístico, sin perder de vista que lo más importante es la calidad de vida de los cordobeses.
—Manuel, un placer hablar contigo y descubrir más sobre Córdoba. ¡Espero poder visitarte pronto!
—El placer es mío. Cuando vengas, aquí te esperamos con los brazos abiertos para que disfrutes de esta ciudad mágica. ¡Será un lujo tenerte por aquí!
Imágenes cedidas: Cordópolis, Christian Hergesell en Unsplash, Christian Hergesell