La estacionalidad ha sido históricamente una de las debilidades del sector turístico español desde que comenzó a desarrollarse esta industria en las costas e islas durante la década de 1960. Este talón de Aquiles dificulta la estabilidad en el empleo, significa ingresos irregulares, supone la infrautilización de equipamientos hoteleros, reduce la rentabilidad, etc. Sin embargo, datos del INE y de Eurostat reflejan avances en la mitigación de este reto en los últimos 30 años, así como la ventaja competitiva de España frente a otros destinos rivales como Croacia, Italia o Grecia.
La estacionalidad de España, cerca del promedio de la UE
El gráfico, con datos de Eurostat ilustra cómo se distribuyen las pernoctaciones a lo largo del año en distintos destinos europeos: España logra a lo largo del año unas cifras que se acercan al promedio de la UE.
En cambio, la estacionalidad está mucho más marcada en otros destinos rivales del segmento de sol y playa como Croacia y Grecia.
En cualquier caso, en 2023, los dos meses pico de la temporada estival (julio y agosto) concentraron el 28,2% de las pernoctaciones turísticas de todo el año en España. Hace tres décadas, este porcentaje era del 30,5%.
La infografía interactiva refleja además cómo las estancias se han estirado sobre todo en los meses de abril y octubre, en comparación con tres décadas atrás.
Cuota de pernoctaciones en alojamientos turísticos de España en 2023, por meses
- enero 4,4%
- febrero 4,7%
- marzo 5,7%
- abril 8,0%
- mayo 8,8%
- junio 10,3%
- julio 13,3%
- agosto 14,9%
- septiembre 10,6%
- octubre 8,8%
- noviembre 5,3%
- diciembre 5,2%
Estacionalidad en otros destinos de Europa
Tal como podemos ver en la infografía, la estacionalidad del turismo es mucho más acusada en otros destinos de Europa muy dependientes del segmento de sol y playa como Croacia (donde el 56,2% de las pernoctaciones se concentran en julio y agosto) o Grecia (41,4%).
Las cifras de Francia (36,5%) e Italia (34,5%), países donde el turismo cultural tiene un peso importantísimo, también están por detrás de España.
Cuota de pernoctaciones en julio y agosto
- Croacia 56,2%
- Grecia 41,4%
- Francia 36,5%
- Italia 34,5%
- Promedio UE 31,5%
- España 28,2%
En la cuenca del Mediterráneo, España obtiene los mejores datos de desestacionalización turística. Fuente: Adobe Stock
Nuevas oportunidades para España
En diciembre de 2024, el presidente de la Mesa del Turismo, Joan Molas, se mostraba optimista ante el cierre del año, con una previsión de 95 millones de turistas extranjeros, gracias en parte a la ampliación de la temporada “más por detrás que por delante, con un mes de septiembre que ha sido mejor que el de junio, y los de octubre y noviembre con un excelente comportamiento, tanto en vacacional como en urbano”.
Por otro lado, y según apunta la consultora Braintrust, “cada vez más se observa tendencia a los viajes ‘mixtos’, es decir, el ocio mezclado con el trabajo, un evento (concierto, espectáculos…) combinado con unos días de relax o incluso experiencias culturales, gastronómicas acompañadas de un poco de sol. Nuestras estimaciones indican que más del 25% de los viajeros vendrán por este tipo de motivaciones mixtas, lo que muestra el éxito del trabajo realizado por las distintas administraciones y empresas en diversificar nuestra oferta. El peso de los meses estivales en el conjunto de llegadas va disminuyendo paulatinamente y se prevé que su peso se reduzca por debajo del 30% (en número de viajeros) frente al 38% que supuso años atrás”.
Según datos de Mabrian Technologies, el 28% de los hoteles localizados en los ocho destinos de la Alianza de Municipios Turísticos de Sol y Playa están gestionados por cadenas hoteleras; un 15% de ellos por cadenas hoteleras internacionales, casi el doble que en el resto de España. “Cuanto mayor sea este porcentaje de marcas hoteleras internacionales, más posibilidades existen de atraer segmentos alternativos, en temporada media y baja, aprovechando los canales de comercialización y promoción internacional, clave para afrontar uno de los principales retos de algunos de los destinos de la AMT, mejorar sus índices de dependencia de sus mercados de origen”, subraya Carlos Cendra, director de marketing de Mabrian.
En este sentido, cabe destacar el potencial del segmento de 5 estrellas y lujo: según un reciente informe de McKinsey & Company, el 63% de los viajeros de alto impacto eligen viajes a destinos de sol y playa, pero solo el 20% de la oferta hotelera mundial en estos destinos corresponde a este segmento de alta gama.
Como indica Mabrian en su análisis sobre el turismo de sol y playa, tras la pandemia, los viajes con una motivación relacionada con descubrir y disfrutar de experiencias en destino (turismo activo, gastronómico, naturaleza y bienestar) se han incrementado en un 8% en el mundo y en Europa. “Esta circunstancia supone nuevas oportunidades para diversificar los impulsores de demanda, combinando la experiencia tradicional de sol y playa con otros segmentos complementarios, como turismo activo, gastronomía o cultura, contribuyendo a aumentar el gasto en destino y a alargar estancias”.
En opinión de Montse Rius, directora financiera y de Desarrollo Corporativo y ESG de en Hotel Investment Partners (HIP), desestacionalizar es el gran desafío, teniendo en cuenta que cada vez llegan más turistas, según apuntó durante una jornada sobre el turismo organizada por la CEOE esta semana. “Hay que alargar la temporada y llenar los meses con menos ocupación”, indicó, lo que tendrá un efecto positivo para la industria, en especial en el empleo.
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