Durante décadas, el uniforme del personal hotelero ha sido visto como un elemento meramente funcional, una herramienta operativa sin mayor peso en la estrategia de marca. Sin embargo, en los últimos años, esta percepción está cambiando. Los uniformes han comenzado a ocupar un lugar relevante dentro del branding hotelero, convirtiéndose en una pieza fundamental para fortalecer la identidad de marca y mejorar la experiencia tanto del huésped como del empleado.
Esta evolución refleja una tendencia más amplia: los hoteles buscan diferenciarse no solo por su diseño arquitectónico o su oferta de servicios, sino también por la forma en que cuidan cada detalle de la experiencia, incluidos los uniformes del personal. En este contexto, empresas como VRANDED Haus, fundada en 2018, están ayudando a los hoteles a repensar el papel de la uniformidad. Más allá de la estética, la uniformidad está siendo rediseñada para responder a necesidades estratégicas, funcionales y sostenibles.
«Siempre hemos defendido que el uniforme no es un gasto, sino una inversión», afirma Martín Mosquera, cofundador y director ejecutivo de la compañía. «Cuando se plantea de forma adecuada, puede tener un retorno enorme, tanto para aumentar la percepción de marca como para mejorar la satisfacción del empleado».
De gasto a inversión: un nuevo enfoque para los uniformes
El impacto de los uniformes bien diseñados va más allá de lo que puede parecer a simple vista. En un entorno como el hotelero, donde la interacción humana es un pilar de la experiencia del cliente, los uniformes son uno de los primeros puntos de contacto entre la marca y el huésped. Mosquera lo resume así: «El uniforme es parte del storytelling del hotel. Habla de su esencia, de lo que representa como marca. Y cuando los empleados se sienten identificados con su ropa de trabajo, eso se traduce directamente en un mejor servicio».
La clave, explica Mosquera, está en los detalles: «Cuidamos desde la estética de las prendas hasta los interiores, que solo ve el empleado. Incluso el packaging cuenta. Hemos trabajado con clientes para diseñar empaques personalizados con mensajes de bienvenida para nuevas incorporaciones. Estos detalles generan un impacto emocional positivo y refuerzan el sentido de pertenencia del personal, lo que es crucial para retener talento en un sector con alta rotación».
Equilibrio entre estética y funcionalidad
Diseñar uniformes que combinen estética y funcionalidad es uno de los mayores retos del branding textil. La experiencia de VRANDED Haus trabajando con cadenas internacionales como Meliá o JW Marriott ha dejado claros algunos aprendizajes clave. “Cuando trabajas con hoteles en diferentes países, te enfrentas a retos como adaptar un diseño común a climas y culturas muy diversos, manteniendo siempre la coherencia de marca», explica Mosquera.
Pero no solo se trata de diseñar uniformes visualmente atractivos. Las prendas deben ser prácticas para el día a día. «Muchas veces, los tejidos de lujo son estéticamente impresionantes, pero demasiado delicados para el uso intensivo que requieren los uniformes hoteleros», apunta. Para superar este tipo de barreras, el equipo realiza un análisis exhaustivo de las operaciones de cada cliente antes de iniciar el diseño, considerando aspectos como la rotación del personal, el clima y las particularidades de cada ubicación.
«Defendemos la idea de que forma y función no tienen por qué estar reñidas», dice Mosquera. «Como diseñadores, no somos artistas; nuestro trabajo es crear prendas que sean bellas, pero también prácticas y cómodas para los empleados».
El reto de la sostenibilidad: más allá de las palabras
En un momento en el que la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad en la industria hotelera, el branding textil no puede quedarse atrás. «El futuro del sector pasa por cerrar el ciclo de vida de las prendas», señala Mosquera. Una de las propuestas más innovadoras que VRANDED Haus ha implementado es el desarrollo de proyectos de circularidad completa: los uniformes son reciclados al final de su vida útil para crear nuevos productos a partir de ellos.
Además, la empresa trabaja con una amplia red de fabricantes a nivel global, lo que les permite elegir proveedores que cumplen con los estándares de sostenibilidad exigidos por cada cliente. «Siempre intentamos producir lo más cerca posible del destino final, minimizando así la huella de carbono asociada al transporte», explica.
La rotación de personal y la gestión eficiente de uniformes
La alta rotación de personal es uno de los mayores retos operativos en la hotelería. Este problema, que afecta tanto a grandes cadenas como a hoteles independientes, implica una constante necesidad de reabastecer uniformes y gestionar entregas sin perder coherencia ni disponibilidad. Aquí es donde entra en juego la logística.
«Con nuestro servicio de gestión integral, hemos reducido en un 90% las incidencias relacionadas con uniformes», asegura Mosquera. «Además, ofrecemos entregas rápidas, en 24 o 48 horas, sin pedido mínimo, lo que facilita enormemente la gestión para los hoteles». Este enfoque, inspirado en la experiencia de compra online de grandes marcas de retail, no solo ahorra tiempo a los equipos de operaciones, sino que también mejora la percepción de los empleados sobre su lugar de trabajo.
Otra solución que ha demostrado ser efectiva es personalizar la experiencia de entrega. “Hay hoteles a los que hemos ayudado a crear mensajes personalizados en los empaques de los uniformes para dar la bienvenida a los nuevos empleados. Esto genera un impacto emocional positivo, lo que puede traducirse en una mayor retención», añade Mosquera.
El valor de la uniformidad en hoteles independientes
Para los hoteles independientes, que a menudo operan con menos recursos que las grandes cadenas, la uniformidad también puede convertirse en un diferenciador competitivo. Invertir en uniformes estratégicamente diseñados no solo fortalece la identidad de marca, sino que también refuerza la experiencia del huésped. «Los hoteles boutique que están invirtiendo en branding, desde el interiorismo hasta la uniformidad, están logrando operar con márgenes más altos», comenta Mosquera.
En estos casos, explica, la clave está en construir una narrativa coherente: «Nuestro trabajo no empieza con el diseño de una prenda. Primero exploramos la esencia única de cada hotel: su historia, sus valores, lo que lo hace especial. Todo eso se traduce en elementos tangibles que ayudan a contar esa historia, desde los uniformes hasta cualquier aspecto de la experiencia del huésped».
El futuro del branding textil en la hotelería
El branding textil está evolucionando hacia una mayor personalización y un enfoque centrado en el usuario, tanto en términos de diseño como de servicio. «El mercado está demandando prendas que sean únicas, que hablen del carácter de cada marca», afirma Mosquera. Pero no solo se trata de diferenciarse de la competencia, sino también de crear una experiencia superior para el empleado. «Queremos que los hoteles perciban el mismo nivel de excelencia en la gestión de uniformes que los consumidores esperan de un ecommerce de lujo», concluye.
En definitiva, la uniformidad está dejando de ser un simple elemento operativo para convertirse en una herramienta estratégica que impacta en la marca, la sostenibilidad y la experiencia del empleado. Un cambio de paradigma que puede marcar la diferencia en un sector tan competitivo como el hotelero.