Ni Heathrow en Londres, ni Schiphol en Ámsterdam, ni Frankfurt en Alemania, ni Charles de Gaulle en París: el mayor aeropuerto vuelve a ser Estambul, en una demostración de cómo el Cercano Oriente le ha robado el protagonismo a Europa, también en el mundo de la aviación.
Con una media diaria de 1.352 vuelos registrados entre el segundo y el octavo día de este mes de diciembre, Estambul conserva su liderazgo continental. Y eso que el aeropuerto apenas tiene seis años de vida (Estambul: el nuevo aeropuerto se ha hecho en zona de constantes tormentas).
Los datos proceden de Eurocontrol, la organización continental encargada de coordinar la operativa aérea.
Por si no fuera suficiente, el antiguo aeropuerto de Estambul, el Sabiha Gökcen, el segundo de la ciudad, ocupa el décimo lugar en Europa, con 662 vuelos diarios.
Es cierto que Turquía tiene pocos aeropuertos más competitivos a nivel europeo, por lo que como país es únicamente el sexto de Europa en tráfico aéreo.
Obviamente, el mayor tráfico de Estambul se deriva de la función de hub que Turkish Airlines ha conseguido crear, enlazando vuelos del este del mundo con vuelos del oeste, en un modelo que viene a repetir lo que hace Emirates en Dubái, Qatar en Doha y lo que planea hacer Riyahd en Arabia Saudita.