Marta Rivera de la Cruz le dio este domingo un buen repaso a Jordi Hereu. La delegada de Turismo del Ayuntamiento de Madrid ha salido en defensa del sector cantándole las cuarenta al ministro por el Gran Hermano que ha montado su compi Marlaska, otrora juez valiente y noble.
Ribera de la Cruz es una reconocida periodista y escritora metida a política, que llama la atención por su personalidad y porque suele ir por libre en la vida y en el PP. Luce que el artículo sobre el ministro lo ha redactado ella y no su equipo, lujo que se puede permitir.
Hereu sonríe mucho pero hace poco. En Industria puede que haya hecho algo pero en Turismo todo es je, je, je y ji, ji, ji. Por eso no se entiende que haya sido invitado a abrir el foro que han montado la CEOE y la Mesa de Turismo el próximo día 17 con el propósito de ir juntos en la defensa del sector.
Como señala Rivera de la Cruz, el ministro ha hecho “’oídos sordos’ al clamor de aquellos a los que debe proteger desde su ministerio”. Al único que protege Hereu es al que le da de comer, y el que le da de “mangar” es Pedro Sánchez y el partido y no el mundo del turismo.
Juan Molas y Juan Cierco, los responsables de CEOE turismo y de la Mesa, son dos profesionales astutos—vivos como los linces—pero yerran si creen que invitando al ministro van a sacar algo bueno para el sector. Una vez lo intentó Nuño de la Rosa con Sánchez y se estrelló.
No se puede esperar nada de un ministro que le ha dado la espalda a la industria turística con la medida más controvertida que tomado la Administración Central desde que se implantó la democracia en nuestro país. De ello son conscientes los Juanes y por eso se equivocan con la invitación del próximo martes.
Jordi Hereu, como todos sus antecesores y antecesoras— con la salvedad de Javier Gómez Navarro—, no vive ni siente como suyo el mundo del turismo. Además de mudez y sordera padece ceguera.
