La crisis de los repuestos en Rusia empieza a ser muy aguda, hasta el punto de que Aeroflot, la compañía estatal, ha decidido comprar cinco aviones Boeing 737 para desmontar y emplear como fuente de repuestos del resto de su flota, según informa el periódico moscovita Kommersant (Rusia admite que 34 de sus 66 A320 no vuelan por falta de repuestos).
Los aviones son cinco unidades de carga del modelo 800BCF, que serán trasferidos inmediatamente a Pobeda, su low cost. El grupo había contemplado la posibilidad de convertir esos aviones de carga en aviones de pasajeros, pero debido a su coste ha optado por desmontarlos íntegramente y usar las piezas como repuestos.
La crisis de la aviación rusa, aunque se disimula porque sigue operando, empieza a ser notable, con la mayor parte de las aerolíneas pequeñas y medianas al borde de la banca rota y sin posibilidades de reparar sus aviones.
Algunas compañías arrastran además problemas derivados del impago de sus alquileres de aviones, aunque muchas han llegado a acuerdos con las aseguradoras. Es imprescindible para Rusia mantener volando sus aviones porque en muchos lugares del país, muy especialmente en las zonas remotas, el avión es el único medio de transporte que opera en condiciones aceptables, porque los viajes por carretera o por tren son extremadamente complejos.