El municipio grancanario de Mogán acaba de poner en marcha un nuevo tributo, de dudoso encaje legal, pero que abre la vía a la fiscalidad municipal sobre el turismo, adicional a la que ya tienen las autonomías y que puede terminar generando un caos en España (El destino canario que ya pone fecha a la llegada de la tasa turística).
Los municipios no tienen la potestad legal para aprobar impuestos, los cuales requieren de leyes que una entidad local no puede promover. El impuesto es un tipo de tributo que se aplica en general, a una actividad o a un sujeto, pero no implica nada a cambio. Los impuestos ecológicos que aplican varias autonomías sobre los hospedajes turísticos son autonómicos y, por ende, leyes.
Pero Mogán ha ido por otro lado: ha creado una tasa. Una tasa también es un tributo, pero no es un impuesto. Las tasas, que sí se pueden aprobar en un municipio, se aplican a cambio de un servicio, la recaudación debe corresponderse con el coste del citado servicio y, por supuesto, el dinero es finalista y no se puede dedicar a otro fin. Típico es el caso de la tasa de basuras, cuyo destino es obvio.
Considerar que los turistas han de pagar por los servicios que reciben es complejo porque salvo la información turística, que es cuantificable y que está destinada primordialmente al turista, los demás costes son difíciles de delimitar. Porque una calle puede adecentarse para el turismo, pero en la medida en que está abierta a todos los ciudadanos es muy difícil delimitar y más de repercutir los costes.
Tal vez para que la tasa no genere conflictividad, el ayuntamiento estableció que será de 0,15 euros por noche y turista, lo cual obviamente es irrelevante. El ayuntamiento dice que ese importe variará en función de las inversiones que se hagan por el turismo.
El ayuntamiento llama a este tributo “tasa por prestación de servicios y la realización de actividades derivadas de la acción turística y la obligación de sostenibilidad”, que si prospera y nadie la cuestiona, supondrá abrir la puerta a otro tributo más al turismo, el cual puede extenderse por toda España y solaparse con los impuestos que han creado algunas autonomías.