En los últimos años, el sector hotelero, y en particular las soluciones tecnológicas de revenue management, han experimentado una transformación. La IA presenta al sector un amplio abanico de oportunidades que permiten a las empresas acceder a soluciones más eficientes y competitivas, siendo una práctica ya implementada por cadenas y hoteles independientes.
Aunque la implementación de los RMS en ocasiones ha causado controversia, esta tecnología no debe ser vista como una amenaza ni como un reemplazo del rol humano del revenue manager. Al contrario, la IA es el gran aliado, un compañero de viaje perfecto que genera mayores oportunidades y potencia la eficiencia y precisión de cada estrategia para maximizar los ingresos.
La base del revenue management no es una fórmula, ni un algoritmo único, y mucho menos una ciencia exacta. Hablamos de turismo, y quienes trabajamos en este sector sabemos bien que es voluble, que evoluciona y se adapta a cambios constantes. Con esto en mente, la capacidad de estimar la demanda generando modelos de precisión gracias a esta tecnología ayuda a reducir errores. Sin embargo, no considerar otras variables más allá de la simple precisión en el estudio de la demanda sería un error y supondría un gran riesgo.
Aquí es donde entra en juego el factor humano, que complementa el análisis de grandes bases de datos y es capaz de definir correctamente las necesidades, el mix de distribución, la optimización de la segmentación y el análisis real y detallado de las necesidades. Todo esto, junto con otras muchas variables, permite focalizar los resultados, identificar nuestro producto, posicionarlo y definir mejor las oportunidades para, en última instancia, mejorar la cuenta de resultados.