Los maestros del sistema educativo de Ontario, en Canadá, tienen un fondo de pensiones en el que van ahorrando. Los gestores de ese dinero han ido invirtiendo para generar rendimientos para las pensiones de jubilación de sus socios. Como resultado de lo cual, tienen participaciones en varios aeropuertos del mundo, de las que ahora se desprenden.
Los aeropuertos que ponen total o parcialmente en venta son los de London City en Londres, Birmingham y Bristol, en Gran Bretaña; además de Copenhague y Bruselas.
Los administradores han visto que en estos momentos la aviación va viento en popa y han decidido aprovechar la ‘marea alta’ y vender porque los precios, creen, son muy buenos.
En ninguno de estos aeropuertos el fondo de Ontario es mayoritario. Su participación va desde el 25 al 70 por ciento del capital. Por eso, lo primero es ofrecerle la entrada a los otros accionistas, que tienen derecho preferente de compra. Ya están corriendo los 30 días para que se pronuncien. Y si no, a por los grandes inversores, empezando por Macquarie, un fondo australiano muy interesado en estos activos.
Hay otro fondo canadiense importante, PSP, que representa a los integrantes de las fuerzas armadas canadienses y la policía montada, que está haciendo lo contrario y precisamente con Macquarie está comprando a la española Ferrovial su participación mayoritaria en los aeropuertos británicos de Aberdeen, Glasgow y Southampton.