Este 12 de noviembre pasado, la autoridad de la Aviación Civil americana (FAA) emitió una orden prohibiendo todos los vuelos al aeropuerto Toussaint Louverture de Port-au-Prince, Haití. El motivo es que un avión de Spirit Airlines fue tiroteado, sin que afortunadamente hubiera que lamentar víctimas.
¡Cómo los americanos van a permitirse que sus aviones vuelen a un país y a un aeropuerto en el que ocurren salvajadas como estas! Lo de Haití, por cierto, es increíble. La violencia se desborda y llega a las pistas de aterrizaje. Tremendo.
Apenas cinco días después de la contundente decisión de la FAA, Southwest, la mayor aerolínea de vuelos interiores de Estados Unidos, informó que uno de sus aviones resultó alcanzado por las balas de un tiroteo que tuvo lugar en el aeropuerto Love Field, de Dallas, Texas. El incidente ocurrió a las 8 y media de la tarde, cuando el avión estaba a punto de partir. El vuelo, que se dirigía a Indianápolis, fue cancelado. La FAA ha sido informada y ha hecho una nota en la que confirma los hechos.
Sin embargo, hay una pequeña diferencia en el trato que la FAA ha dado al aeropuerto de Dallas: no se han suspendido los vuelos porque aparentemente las balas de las bandas de delincuentes americanos no son tan dañinas como las de Haití. Vamos, que la vara de medir no es exactamente la misma.