La Caixa invirtió en la cátedra de Begoña Gómez menos dinero que Air Europa, según se desprende de los correos electrónicos intervenidos por la Guardia Civil de una asesora de Moncloa y que ha desvelado The Objective. Mientras la entidad financiera destinaba 15.000 euros anuales, Air Europa, a través de Wakalua, firmó un contrato de patrocinio de 40.000 euros por año con el proyecto académico de la esposa del presidente del Gobierno.
Begoña Gómez se habría puesto en contacto con la Fundación La Caixa en 2020 para exponerle el proyecto de cátedra. La entidad aceptó participar al considerar que podía encajar con sus fines sociales.
Por su parte, Wakalua, filial de Globalia, firmó un convenio que consistía en el abono de 25.000 euros anuales a la fundación de Begoña Gómez con motivo de unos premios organizados por Globalia para reconocer proyectos de innovación turística. Los 15.000 euros restantes iban dirigidos a pagar vuelos relacionados al IE Africa Center. Además, Air Europa tuvo que contratar al comisionista Víctor de Aldama, con una nómina de 10.000 euros, para tener acceso a la esposa de Sánchez. (Así era el acuerdo de Air Europa con la fundación de Begoña Gómez)
“Buenos días Marc. Te mando el documento explicativo de las acciones de la cátedra y la solicitud de un nuevo presupuesto anual. Quedo a tu disposición para aclararte o añadir la información que consideres necesaria. Gracias”, escribió el pasado 12 de febrero, dos meses antes de ser imputada”, señala una misiva remitida por la esposa de Sánchez al director de la Fundación La Caixa. (Air Europa: la testigo clave que puede decidir el futuro de Begoña)
El subdirector de la Fundación La Caixa reconoció al juez que los primeros contactos con Begoña Gómez se produjeron antes de la creación de la cátedra, concretamente se celebró en 2018 durante la Cumbre del Tercer Sector en CaixaForum Madrid.
La Comisión Mixta de Seguimiento se reunió el 28 de octubre para liquidar la polémica cátedra, donde se reclamó a Begoña Gómez que entregase el software que puso en marcha con recursos públicos.
El director de la Fundación La Caixa declaró ante el juez Peinado que participó en el proyecto de Begoña Gómez porque llevaba el aval de la Complutense. La universidad recurrió a una artimaña legal para que Gómez pudiese dirigirlo. Se optó por nombrar a un codirector.