Nautalia recoge los frutos de su comedido y estudiado plan de apertura de agencias de viajes. Pese al buen posicionamiento del que goza su marca, la empresa ha renunciado bajo la dirección de Rafael García Garrido a la expansión vertiginosa que sí se fijaron como objetivo sus antecesores en el cargo (Nautalia: “El gran mal de las agencias son las ofertas”).
Esta estrategia, consistente en estudiar concienzudamente cada apertura e imponer exigentes condiciones de acceso a las franquicias, ha permitido a Nautalia lograr que la práctica totalidad de sus 230 puntos de venta reporten beneficios al grupo, desmarcándose así de otras grandes redes en las que abundan las oficinas deficitarias.
En declaraciones a Preferente, García garrido explica que, de todas estas agencias, “el 95% son rentables”. “Con el resto lo que sucede es que han abierto en los últimos años, por lo que precisan, como cualquier negocio, de un cierto periodo de maduración para alcanzar la rentabilidad”, argumenta.
Este plan de aperturas ha jugado un papel crucial en la consecución de unos resultados históricos. Como avanzó este periódico, cerró su último ejercicio fiscal, que concluyó el pasado 31 de octubre, con más de 8 millones de euros de Ebitda, un 20% por encima de 2023, y unos 390 millones de euros de facturación.