Asturias atesora pequeñas villas medievales como Banduxo, engastadas en su corazón montañoso.
A veces, necesitamos salir de lo grande para refugiarnos en lo pequeño. No solo en el ámbito personal, también en el laboral. Necesitamos, en cierto modo, aislarnos, para encontrar las mejores ideas, la inspiración y el debate tranquilo: sea para una empresa, sea para revisar nuestros objetivos y anhelos en la vida. Asturias, ahora más cerca que nunca gracias al AVE, a sus abundantes conexiones aeroportuarias y a las carreteras, parece pensada para ese aislamiento productivo, para calmarte, y para el turismo de incentivos; el que enciende la imaginación, sea en una sesión de trabajo o en las horas de descanso. Centros de convenciones en ciudades amables y en enclaves naturales. Actividades de ocio que multiplican la paz y la belleza propia del otoño. Un Principado que parece pequeño, pero que, en realidad, es inabarcable.
Ciudades acogedoras y sedes singulares
Empecemos por las ciudades principales, que se distinguen de las grandes urbes, no solo por su tamaño acogedor, sino por su ambiente y su relación. Avilés, Gijón/Xixón y Oviedo/Uviéu conforman un área urbana común, moderna en infraestructuras y servicios, separadas a menos de 30 minutos entre sí, y a tiro de piedra tanto de la montaña y los bosques, como de las playas (todos, preciosos en esta época, cuando al verde que define esta región, se añaden las infinitas tonalidades de amarillos, naranjas, granates y marrones propios del otoño).
Esas ciudades se funden en su oferta para el turismo de incentivos. En total, Asturias ofrece 200.000 metros cuadrados de recintos congresuales, que incluyen la Universidad Laboral de Gijón, concebida por Luis Moya y que es el mayor edificio de toda España, el Centro Niemeyer de Avilés (diseñado por Oscar Niemeyer) o el Palacio de Congresos y Exposiciones Ciudad de Oviedo (obra del Premio Príncipe de Asturias de las Artes Santiago Calatrava).
Imagen del Centro Niemeyer, en Avilés.
Pero también sedes singulares, como los palacios de Villabona y Meres, el Casino de Asturias, el Museo Jurásico o Tito Bustillo. Y ubicaciones para pequeños encuentros, como las casas de indianos en el litoral. Añade 17.000 plazas hoteleras en alojamientos de 5, 4 y 3 estrellas, y marcas como Casonas Asturianas, Mesas de Asturias, Aldeas Calidad Rural, Sidrerías de Asturias, clubes de empresa, convention bureau, agencias de congresos…
¿Y al acabar las sesiones de trabajo?
El otoño es perfecto para el senderismo, el cicloturismo, para descender en canoa por un río, para avistar alguno de los más de 300 ejemplares de osos pardos, para aprender surf, para escuchar el silencio de una playa paseando, o leyendo un libro. Asturias concentra un pequeño planeta, que en esta época se vuelve deliciosamente reconfortante.
Por supuesto, el otoño invita a la mesa, como ninguna otra estación, a comer esos pucheros y platos de cuchara, como el pote asturiano, la fabada o el pote de castañas, esos arroces caldosos o esos asados que ya apetecen desde de los primeros fríos. Si algo sorprende del Paraíso Natural es la forma en que la comida resulta excepcional tanto en su vertiente tradicional como en la creativa, en los núcleos urbanos como en las aldeas más recónditas. No en vano, muchos de sus restaurantes más sorprendentes se encuentran emplazados en pueblos, con los que mantienen una raigambre especial, una fusión plena con su entorno.
Observación de Fauna. @Juan de Tury.
Volver a lo pequeño, para que la cabeza gane espacio, es ahora más fácil que nunca. El nuevo AVE acerca Madrid en apenas 3 horas, y Valladolid o León, en menos. A su vez, la lista de conexiones aéreas no solo incluye hasta 12 aeropuertos europeos, sino también hasta 17 con aeropuertos de toda España como Alicante, Barcelona, Fuerteventura, Gran Canaria, Granada/Jaén, Ibiza, Lanzarote, Madrid, Málaga, Menorca, Murcia, Palma de Mallorca, Sevilla, Tenerife, Valencia o Castellón. Un gran mapa, para llegar a un Principado pequeño pero inabarcable.