Un pequeño aeropuerto de nuestras antípodas, Dunedin, en Nueva Zelanda, ha prohibido a los viajeros y a las personas que son sus allegados, que se den abrazos de más de tres minutos, según un cartel colocado en la terminal. Para quienes sientan necesidad de sobrepasar este tiempo, se recomienda ir al aparcamiento de coches en el cual no está en vigor la restricción.
La prohibición únicamente afecta a los viajeros que se marchan del aeropuerto y se están despidiendo, no a los que llegan y son recibidos.
La insólita medida no va acompañada de sanciones ni tampoco parece que haya agentes comprobando que se cumplan la norma. Jullie Ann es la viajera de este aeropuerto que ha subido en su cuenta de Facebook la imagen del cartel. Las reacciones han sido encontradas porque incluso hay quien entiende la decisión. La mayor parte de los comentarios son humorísticos.
En la página web el aeropuerto explican las razones que le han llevado a esta medida: mejorar la circulación. Si se permite despedidas de más tiempo en esa zona, se forman colas de coches, por lo que se recomienda en estos casos el uso de aparcamiento.
En una entrevista en Radio New Zealand, Daniel de Bono, el máximo ejecutivo del aeropuerto, explicó que 20 segundos bastan para desprender la “hormona del amor”. En todo caso, respecto de esta duración aconsejada de los abrazos, no se han publicado carteles. No deja de ser admirable la formación en estos asuntos que tiene un director de aeropuerto, para nuestra sorpresa.