La hamburguesa es uno de los platos más universales y populares del mundo, por el que apuestan cadenas de comida rápida y bares desde hace años. Restaurantes y hoteles también han visto en este alimento una oportunidad de negocio rentable. Incluso, la revista The Economist creó el “índice Big Mac” como una herramienta para medir la paridad del poder adquisitivo entre países. Sin embargo, el reinado de la hamburguesa se ha visto comprometido recientemente por varios brotes de intoxicación alimentaria.
Un alimento universal
La hamburguesa es uno de los alimentos más universales del mundo, presente en cadenas de comida rápida, bares, restaurantes y hoteles. Sus principales atractivos son su precio asequible, la rapidez de preparación y consumo, su versatilidad para incorporar diferentes ingredientes y su adaptación a los gustos locales en cada país.
No obstante, las agencias de seguridad alimentaria advierten que consumir hamburguesas poco cocidas representa un riesgo para la salud. Recientemente, se han registrado brotes de intoxicación en Pamplona, en un concurso gastronómico que afectó a 23 personas, y en Estados Unidos, donde 49 personas en 10 estados se vieron afectadas, con un fallecimiento vinculado a la presencia de la bacteria E. coli en los sándwiches “Cuarto de Libra con Queso” de McDonald’s.
Cadenas de comida rápida, establecimientos gourmet, bares y hoteles ofrecen hamburguesas a sus clientes. Fuente: Adobe Stock
La economía de la hamburguesa
Por otro lado, el índice Big Mac es un conocido método para medir la paridad del poder adquisitivo entre regiones del mundo. Creado por The Economist en 1986, este índice compara el precio de una hamburguesa Big Mac de McDonald’s en distintos países.
De acuerdo con el índice Big Mac de julio de 2024, Suiza tiene el Big Mac más caro del mundo, con un precio de 8,07 dólares estadounidenses. En comparación, el precio en Estados Unidos es de 5,69 dólares, y en la zona del euro, de 6,06 dólares.
En España, el precio de una Big Mac en 2024 es de 5,65 euros. Sus ingredientes incluyen dos hamburguesas de carne de res a la parrilla, lechuga, queso, pepinillos, cebolla, salsa especial de McDonald’s y un panecillo, con una capa de pan adicional en el centro.
Ahora bien, el precio de venta de una hamburguesa puede variar mucho, desde unos pocos euros en cadenas de comida rápida hasta más de 20 euros en establecimientos gourmet.
En promedio, los ingredientes de una hamburguesa representan entre el 20% y el 30% del precio de venta. Según apuntan varios estudios, esto deja un margen considerable para el establecimiento, más que otros platos.
De este modo, el beneficio neto de una hamburguesa en cadenas puede estar entre el 15% y el 30%. En el caso de establecimientos gourmet, los precios más altos pueden llevar a márgenes de rentabilidad similares o incluso mayores en algunos casos.
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