El 13 de octubre de 1977 era un día rutinario en el aeropuerto de Son Sant Joan, en Palma de Mallorca. En su terminal A, la destinada a los vuelos regulares, embarcó el Boeing 737 de Lufthansa con destino a Frankfurt. Era uno de los pocos vuelos regulares a Alemania, porque la mayor parte de los turistas volaba en aerolíneas chárter.
Una vez embarcado el pasaje, 87 personas, y comprobado que coincidía el número de viajeros con la documentación, el vuelo 181 despegó sin incidencias. Apenas los pilotos apagaron la luz de abrocharse los cinturones, los cinco miembros del Frente Popular de Liberación de Palestina que habían subido al aparato fuertemente de armados (aún no existían los controles de seguridad), abrieron la cortinilla de la cabina de los pilotos (no había portezuelas blindadas) y obligaron al piloto a ir a Roma, después a Larnaca, de ahí a Bahréin, Dubái, Adén y finalmente aterrizaron en Mogadiscio, Somalia. En ese aeropuerto, cinco días después de haber partido de Palma, la GSG, un grupo de acción rápida de la policía alemana, tomó el avión y mató a tres de los terroristas. Jürgen Schumann, el piloto, había sido asesinado por los terroristas el día antes.
El avión se denominada “Landshut”, nombre de una localidad bávara. Fue transportado después a Alemania, reparado, y siguió volando ocho años más con los colores de Lufthansa. Vendido, el avión pasa por Malasia y acaba en manos de TAF, de Brasil, que dejó de operarlo en 2008, al quebrar la sociedad propietaria, quedando abandonado en el aeropuerto de Fortaleza.
Pero Fortaleza estaba operado por la propietaria del aeropuerto de Frankfurt, Fraport, de manera que el alemán que dirigía el aeropuerto en Brasil, al encontrarse con ese avión, informó a David Dornier, del museo Dornier alemán, de si le interesaba un avión que había sido historia de Alemania.
Tras pagar sólo 20 mil euros por el avión, este fue trasladado en 2017 a Alemania. Quedó en un hangar de Friedrichshafen. Durante algunos años nadie en Alemania se aclaró sobre qué hacer con él hasta que finalmente, este jueves fue trasladado para ser pieza central de un museo dirigido por Steffen Krautzig. Apenas a 400 metros del hangar anterior.
El avión será parte de una exposición denominada “Espacio Democracia”, junto al lago Constanza, todo bajo responsabilidad del ministerio de Educación alemán, donde el avión estará en exposición permanente desde 2026.