Estando a semanas de las elecciones, de todo esto se puede decir que es un truco de los Demócratas (versión Trump) o que es una excusa de mal pagador (versión Demócratas). Sea como sea, este viernes pasado formalmente el Comité de Vigilancia de la Cámara de Representantes constató que el hotelero Donald Trump aplicó “precios exorbitantes” a los integrantes del servicio secreto que tenían que alojarse en el hotel de su propiedad en Washington.
El informe parlamentario dice que “los cargos aplicados al servicio secreto que protegía a Eric Trump, en el hotel Trump International de Washington, demuestran claramente que el presidente utilizó estas estancias como una forma de retirar dinero del erario público”.
Los integrantes del comité consiguieron las facturas aplicadas en el hotel que hoy ya no es más Trump sino que se ha convertido en Waldorf Astoria. El servicio secreto, dice el informe, “pagó precios mucho más altos que otros clientes que habían reservado habitaciones similares, en las mismas noches”.
El informe dice que varias estancias el 28 de noviembre de 2017 abonaron 600 dólares la noche, de las cuales al menos 80 estaban por debajo de ese precio, incluidas habitaciones a una empresa china de carbón, que pagó 338 por cada una. En febrero de 2018, el servicio secreto pagó cuatro veces que otros clientes. “Dos habitaciones se pagaron a 895 dólares, mientras que la documentación de ese día del hotel demuestra que más de cien habitaciones ese día se vendieron más baratas, incluida una a 150 dólares”.
Igualmente, el comité concluye que estos cobros son ilegales porque la Constitución dice que el presidente únicamente puede cobrar del gobierno federal su salario.