Contar con una adecuada información sobre la huella de carbono que generan los viajes y eventos corporativos es uno de los grandes retos que tiene el sector para desarrollar un análisis coherente que permita a las empresas tomar decisiones y fijar objetivos de sostenibilidad, según los resultados de una encuesta realizada por Forum Business Travel & Events en colaboración con Lufthansa Group.
El análisis pone de manifiesto la gran desproporción que existe en los distintos segmentos de los viajes de negocios y MICE (reuniones, incentivos, congresos y eventos). El 85,7% de los gestores de viajes declara recibir datos sobre las emisiones por parte de las compañías aéreas, mientras en el caso del tren o el alojamiento no llegan al 5%. El porcentaje es menor en los coches de alquiler o los vehículos con conductor (VTC).
Una queja común entre dichos profesionales son las diferencias de criterio entre los proveedores a la hora de recoger y procesar los datos, lo que dificulta la comparación.
Las empresas ante el reto de la descarbonización Fuente: Shutterstock.
La mayoría de los responsables de viajes (68%) reconoce que sigue los objetivos de reducción de la huella de carbono establecidos por la dirección general de su compañía. Sin embargo, el 24% de los encuestados asegura que no cuenta con esas directrices y un 8% que no conoce la política corporativa en ese aspecto.
La encuesta señala que falta concreción en las metas planteadas por las empresas. La mayoría, el 44%, únicamente hace una mención genérica sobre la necesidad de reducir emisiones
Cuando se proponen medidas más claras, destaca el fomento del comportamiento de los viajeros (17%) o la elaboración de informes específicos (14%). En menor proporción se citan la priorización de proveedores que emiten menos (9%) o compensan (3%) y participar en programas como el del biocombustible SAF -combustible sostenible de aviación- (2%).
La urgencia de la normativa europea
En 2025 entrará en vigor de la Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) y, ante la proximidad de la fecha, esta medida aparece en el sondeo como la primera motivación para poner en marcha una política de reducción continua, con un 32% del total de los encuestados.
Las decisiones de compra se inclinan en un 54% de los casos por priorizar a los proveedores más comprometidos “si hay igualdad en el resto de los criterios”. No obstante, un 18% considera que “el precio está por encima de la sostenibilidad”. Para un 12% tiene una “alta prioridad”, mientras que el 16% reconoce no tener en cuenta estas consideraciones.
Favorecer una cultura empresarial favorable
Para generar una cultura empresarial favorable a las buenas prácticas en materia medioambiental y social, la “implicación de la dirección general” es clave, según señalan los travel managers. Y, más que imponer, se inclinan por la “concienciación a través de campañas informativas, formación específica o de herramientas que faciliten a los empleados la orientación de sus reservas hacia opciones más sostenibles”.
Por otra parte, las empresas son cada vez más conscientes de que su política de ESG (factores medioambientales, sociales y de gobernanza) es fundamental para mantener su reputación corporativa. Aunque queda un largo camino por recorrer, dichos profesionales aseguran que “en los últimos 10 años se ha producido un enorme avance en la implantación de la sostenibilidad, la responsabilidad social y la buena gobernanza en el ámbito empresarial”.
El sector privado reclama “más implicación por parte de las Administraciones Públicas para para que sus esfuerzos en ESG se vean recompensados, por ejemplo, en los concursos de adjudicación”
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