La falta de pilotos es una amenaza real para la aviación española. De hecho, el Consejo Internacional de Aeropuertos calcula que España necesitará 11.000 nuevos comandantes en los próximos diez años, pero en la actualidad solo se gradúan la mitad.
Aunque ser piloto solo requiere un curso de dos años sin ningún requisito previo en conocimientos aeronáuticos, el coste económico es un serio obstáculo para los miles de aspirantes que querrían (y han soñado durante su infancia) pilotar un avión. Un curso cuesta a partir de 80.000 euros.
Pero el principal factor que explica la falta de pilotos en la actualidad es que el relevo generacional está resultando insuficiente para cubrir la demanda de las aerolíneas. Muchos pilotos se están jubilando (la generación del ‘baby boom’) mientras los miles de jóvenes que sueñan con pilotar un avión no entran en las escuelas de aviación para sacarse el título de piloto comercial porque los cursos son dmasiado caros.
Las aerolíneas han sufrido una situación excepcional en los últimos años. Los pilotos experimentados decidieron jubilarse o prejubilarse durante la pandemia ante la incertidumbre que se vivió en la aviación mundial ante el parón de la actividad aérea durante meses.
El déficit de pilotos es un problema mundial, pero preocupa especialmente en España ante el gran peso que tiene el turismo en la economía. Los expertos insisten en que es imprescindible tomar medidas urgentes para atraer más estudiantes y reducir los costes de formación si se quiere evitar que esta escasez afecte gravemente al sector aeronáutico. Cuando un piloto se gradúa apenas tarda entre 6 meses y un año en ser contratado por una compañía aérea.
Las aerolíneas estiman que harán falta en un plazo de 20 años unos 600.000 pilotos en el mundo. Las principales compañías estadounidenses avisan sobre la necesidad de contratar a más de 10.000 pilotos cada año hasta 2032 ante la creciente actividad del sector aéreo.
Tras pagar un alto coste por la formación, los pilotos necesitan varios años más de experiencia para conseguir altos sueldos, si bien las nóminas se han moderado durante los últimos años ante las restricciones impuestas por las compañías.
En las principales aerolíneas nacionales los sueldos oscilan entre 35.000 euros al año para los pilotos menos experimentados hasta los 140.000 para los comandantes más veteranos, muy lejos de los 190.000 euros que percibe un comandante de Emirates o los 700.000 euros al año que puede llegar a cobrar de un piloto de American Airlines. (Iberia pierde a uno de sus pilotos más veteranos)
El déficit de pilotos ha provocado incluso algunas sorprendentes propuestas que han tenido un corto recorrido. El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla) tuvo que rechazar frontalmente la intención de Airbus y Boeing de comenzar a operar con sólo un piloto, y sustituir al segundo por Inteligencia Artificial (Aviso a Boeing y Airbus: “Volar con un piloto es una locura”).
Sepla llegó a publicar un vídeo protagonizado por dos comandantes gemelos en el que repasaban algunas de las ventajas que supone contar con dos pilotos en cabina, y de que manera contribuye a la seguridad de los viajeros. Esgrimían que un avión tiene dos motores, dos alas, dos sistemas antiincendios y dos pilotos en cabina. Asimismo, destacaban la importancia de la comprobación cruzada, el fundamento de la seguridad aérea, también denominada “crosscheck” en lenguaje aeronáutico. Por todo ello, los aviones necesitan un piloto y un copiloto, pero cada vez es más difícil contratarlos.