El plan de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de acometer una reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas, asusta al empresariado turístico de Baleares, que considera que es una medida de imposible aplicación en un destino tan dependiente del turismo (El turismo, en alerta por el plan de Yolanda Díaz de reducir la jornada).
Según informa Mallorca Diario, el presidente de CAEB Restauración, Juan Miguel Ferrer, ha advertido de que la entrada en vigor de esta medida podría derivar “el colapso del sector”, debido al aumento de los costes operativos en restaurantes y bares (La reducción de jornada que plantea Yolanda Díaz supone un golpe al turismo).
“Muchos negocios no podrán soportar la presión económica adicional y se verán obligados a cerrar”, ha destacado el representante de bares y restaurantes, alertando de que llegaría en un momento en el que los márgenes de ganancia ya son reducidos debido a la inflación y el alza del precio de los alimentos.
Otros sectores relacionados con el turismo, como el transporte, también se muestran inquietos ante el plan del Gobierno. Rafael Roig, presidente de la Federación Balear del Transporte (FEBT), ha señalado que la falta de conductores, junto con la reducción de la jornada, empeoraría la situación de un sector ya bajo presión. En su opinión, esto podría afectar la capacidad de respuesta ante la creciente demanda de servicios de transporte en la región.
Por su parte, la presidenta de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB), Carmen Planas, también ha expresado su preocupación por la falta de estudios previos que avalen la viabilidad de la propuesta. “Rechazamos este tipo de planteamientos que se realizan sin analizar el impacto en la productividad de las empresas”, afirmó Planas, que aboga por analizar su aplicación “sector por sector y empresa por empresa”.
Mientras tanto, los sindicatos mantienen una postura firme a favor de la reducción de la jornada laboral. Desde UGT y Comisiones Obreras (CCOO), defienden la medida como una vía para mejorar el bienestar de los trabajadores y aumentar la productividad. No obstante, el debate entre los empresarios y el Gobierno continúa abierto, con el futuro del sector turístico de Baleares en juego.