Este martes ha entrado en vigor el incremento del impuesto que Nueva Zelanda cobra a los visitantes y cuyo dinero se destina al mantenimiento de los servicios públicos y la conservación del patrimonio. Desde hoy cada turista pagará 100 dólares neozelandeses (unos 56,9 euros).
La Tasa de Conservación y Turismo de Visitantes Internacionales ha pasado de 35 dólares neozelandeses (19,9 euros) a 100 dólares neozelandeses (56,9 euros), es decir, casi se ha triplicado y se suma a los costes de visado. La medida había sido anunciada el pasado 3 de septiembre, como publicó HOSTELTUR.
La asociación independiente Industria del Turismo Aotearoa teme que este incremento ahuyente a visitantes. Sin embargo, el Gobierno neozelandés sostiene que la tasa turística representa menos del 3% del promedio del gasto por visitante
El objetivo de la tasa, como ha explicado el ministro de Turismo y Hostelería, Matt Doocey, es ayudar a cubrir parte del costo que el turismo implica en el país.
Wellington. Fuente: AdobeStock.
“El turismo internacional implica costos para las comunidades locales, incluida una presión adicional sobre la infraestructura regional y mayores costos de mantenimiento y conservación en toda nuestra zona de conservación”, sostuvo Doocey
Cerca de 4,9 millones de turistas visitaron Nueva Zelanda en 2023 y aportaron a la economía alrededor de 11.000 millones de dólares neozelandeses (unos 6.177 millones de euros), según datos oficiales.
Otros destinos internacionales también están incrementando o planeando nuevas tasas para controlar el turismo. Roma, por ejemplo, plantea cobrar 1 € a los turistas que visiten la Fontana de Trevi; la comuna de Zermatt, al pie de la montaña más famosa de Suiza, estudia una tasa de 13 € a los visitantes de un solo día, y Lisboa ha duplicado sus tasas turísticas a alojamientos y cruceros.
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