Operar en estos momentos un avión a esa región tiene riesgos notables y la EASA, agencia europea de seguridad, advierte a las aerolíneas que deben paralizar sus operaciones. En realidad, prácticamente ninguna europea estaba volando, pero los problemas, lejos de atenuarse, se agravan (Beirut tiene más cancelaciones que vuelos aún operativos).
Este sábado hubo un incidente que revela la magnitud de los riesgos: un avión se aproximaba a la pista del aeropuerto de Beirut cuando recibió por radio la orden de suspender la operación y alejarse. El avión era el vuelo QFZ9964, de la aerolínea Qasem Air, un aparato de carga procedente de Irán. Según publican los medios, las fuerzas armadas israelíes hackearon el sistema de comunicaciones del aeropuerto para ordenar al avión que suspendiera la operación. Con probabilidad transportaba material militar.
El ministro de Transportes de Líbano, Ali Hamieh, confirmó el incidente, diciendo que la radio frecuencia del aeropuerto había sido interferida y que el avión afectado retornó a Teherán. No existe constancia del cargamento que transportaba el avión, pero sí quedan claros los riesgos para la aviación general.
El aeropuerto Rafic Hariri de Beirut, además, se encuentra en la zona sur de la ciudad, en las inmediaciones de los barrios más atacados por la aviación israelí, aunque aún no ha sufrido ningún ataque.