La Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) denuncia las presiones ejercidas por parte de determinadas compañías aéreas sobre el colectivo, señalando directamente a Ryanair y advirtiendo que sus acciones “pueden llegar a comprometer la seguridad aérea” (Ryanair acusa a los controladores de bloquear el aeropuerto de Palma de Mallorca).
El sindicato ha solicitado al Ministerio de Transportes y a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) que “tomen las medidas necesarias para impedir que tales presiones se repitan” (Los controladores, sobre Ryanair: “Son unos piratas inconscientes”).
Sobre el caso concreto de la low cost irlandesa, lamenta que el pasado 15 de agosto, en pleno paso de la DANA por el Mediterráneo, achacase a los controladores “el bloqueo del aeropuerto de Palma, negando las condiciones meteorológicas adversas que la propia Aemet había anunciado”. “Su capcioso argumento sostenía que se estaba impidiendo aterrizar a los aviones mientras otros despegaban con normalidad”, indica.
Para el sindicato resulta “aún más grave es que esta compañía reconoció que estaba tratando de comunicarse con los responsables del control aéreo para revocar una decisión que sólo buscaba salvaguardar la seguridad de los pasajeros”. “Tanto pilotos como controladores conocemos el potencial riesgo que ciertos fenómenos meteorológicos entrañan para la seguridad aérea, por lo que rechazamos frontalmente ese tipo de comentarios negacionistas”, exclama.
USCA recuerda que “esta misma aerolínea ya se vio envuelta en 2010 y 2012 en dos incidentes en los que sendos aviones declararon emergencia por combustible”, explicando que “la propia CIAIAC (Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil) determinó la inadecuada previsión del consumo de combustible como uno de los factores contribuyentes, y afirmó que Ryanair tiende a minimizar la cantidad de combustible con que operan sus vuelos”.
“Como principales garantes de la seguridad aérea, los controladores aéreos solicitamos que las administraciones e instituciones pertinentes establezcan una vigilancia activa para que este tipo de presiones no se repitan, y para que si se producen puedan ser sancionadas”, concluye.