Roma trabaja en la creación de una tasa para poder acceder a la famosa Fontana di Trevi, que se encuentra al aire libre, y que normalmente se llena de gente, según informa el Corriere della Sera. Igualmente, se implementaría un sistema de reservas online para limitar el número de visitantes (Saturación: un fenómeno generalizado).
El municipio explica que se trata de otra medida para intentar combatir la saturación de viajeros que padece la ciudad. Alessandro Onorato, el encargado de turismo, quiere imponer horarios para las visitas.
La visita sería gratuita para los romanos y costaría un euro para los turistas, sin explicar qué ocurre con los italianos no romanos. La idea, detalla el político romano, no es ganar dinero sino controlar la multitud y filtrar las entradas.
No obstante, no es un asunto sencillo dado que la fuente no se encuentra en un lugar aislable fácilmente, sino que está en una esquina. Su bloqueo para las personas supondría serias modificaciones en el entorno.
Roma, como casi todas las grandes ciudades, está preocupada por la saturación turística, aunque esta es la primera medida que podría adoptar, excepto las que hacen frente a Airbnb en el terreno del alojamiento.