Luis Riu dirige Riu en solitario desde que su hermana Carmen se jubilase hace dos meses. En una entrevista en exclusiva con Preferente, el CEO de la cadena vacacional española dice que se siente arropado al frente de la empresa y avisa que hay que reaccionar ante la subida de los precios hoteleros de cara a la próxima temporada.
¿Qué postura tienen desde Riu sobre las actuaciones contra los pisos turísticos?
-Está muy clara. Simplemente hay que erradicar la oferta ilegal que existe porque está generado problemas en determinados destinos turísticos. La oferta ilegal que hay asusta porcentualmente mientras los hoteles, desde hace muchísimo tiempo, estamos regulados por una moratoria. Se pueden hacer algunos hoteles rurales, y poco más, pero no los hoteles que se hacían antes de 300 o 500 habitaciones.
-Los mismos hoteles pero hay más turistas y desde hace años se habla de masificación…
-Exacto. Con las mismas camas hoteleras hay muchísima gente que alquila sus casas, sus apartamentos, algunos de forma ilegal y meten gente y más gente. Entendemos que la masificación afecte a la población, pero se pueden encontrar soluciones para evitarlo.
-¿Desde Riu son partidarios de suprimir la oferta turística legal?
-No, estamos a favor de que la oferta legal se mantenga. Lo que queremos erradicar es la oferta ilegal. Lo que no es lógico es que unos paguen impuestos, tengan inspecciones, mientras otros no paguen nada, ni tampoco tengan ninguna presión inspectora. También hay que recordar que en esta oferta ilegal no está garantizado que los inquilinos tengan unas condiciones aceptables allí donde se alojan.
-¿Cree que hay muchos destinos en España que están masificados?
-Sin duda. Yo pienso que Barcelona es un destino súper masificado. En Canarias no creo que haya tanta masificación, pero en Baleares sí. Esta masificación genera mucha presión al sector turístico, llegan las pintadas contra los turistas…
-¿Las pintadas o manifestaciones contra el turismo pueden llegar a afectar a los destinos?
-Pueden hacer daño si algún cliente no se siente bienvenido. No creo que estas campañas hayan afectado demasiado a los destinos en la actualidad, pero si se sigue por el mismo camino son un riesgo. Puede que llegue un momento que los clientes digan que se van a otros destinos si aquí no son bienvenidos. Pueden irse a Turquía, Grecia o a algún otro país.
– ¿Cómo ha cambiado la vida interna en Riu tras la jubilación de Carmen Riu?
-Es importante destacar que los consejeros son los mismos y por lo tanto no ha habido cambios en la cúpula. Los hijos de Carmen y los míos se han incorporado a la empresa y realmente no me siento solo. Quizás me hubiese sentido solo si Carmen se hubiera jubilado hace diez años, pero eso no ha ocurrido. Están Juan, Roberto, Lola, Naomi y Luis. Tengo que decir que me siento bastante amparado. Está claro que ahora mismo soy el más viejo de la casa, pero asumo este rol con mucho gusto. Con el actual consejo directivo y nuestros hijos me siento muy arropado. Además, Carmen se ha quedado un despacho pequeño en la sede central de Riu y con cualquier eventualidad está en contacto con la empresa. Ahora Carmen tiene otras prioridades: sus nietos y nietas, pero su marcha no ha sido traumática.
-¿Ha llamado a su hermana tras su jubilación para hablar de algún tema importante?
-Hasta el momento no, pero una empresa con 100.000 clientes y 39.000 empleados, que cada día se van a dormir, comen, pues siempre puede pasar alguna cosa. Cruzo los dedos para que no pase nada grave, pero obviamente con 139.000 personas a nuestro cargo todos los días hay posibilidades de que pasen cosas. Si hay una cosa que hay que traspasar de forma prioritaria a las nuevas generaciones es por, por supuesto, el trabajo que hacemos día a día, pero tienen que tener muy claro que hay que estar siempre pendientes 365 días al año, estés donde estés, y a cualquier hora del día debes solventar un problema. Nunca se puede bajar la guardia. Siempre hay que estar con un ojo medio abierto porque en un segundo se pueden complicar las cosas. Hay que ser conscientes de que nuestra vida nunca no será como las demás. Hay que estar siempre pendientes de mucha gente.
-¿No cree que está aumentando mucho los precios hoteleros?
-La gente tiene ganas de viajar, pero a los hoteleros se nos ha ido un poco la mano con los precios. En este verano se ha notado que hay clientes que se han echado para atrás. O bajamos rápidamente los precios o la gente no vendrá el año próximo. Es así de fácil. Las aerolíneas también han subido los precios, pero en este verano se dan síntoma de que o lo frenamos o el año que viene lo podemos pasar mal. Al menos hay que plantearse congelar los precios y, si no es suficiente, bajarlos un poco.
-¿La subida de precios es consecuencia únicamente de la pandemia?
-Sí, por supuesto. Tenga en cuenta que tuvimos que cerrar todos los hoteles y la mayoría de empleados dejaron de trabajar. Te das cuenta de lo que cuesta tener una empresa parada con todo lo que conlleva eso. Ojalá que no se repita, pero mes a mes te enseña a que hay que prepararse porque estas circunstancias pueden repetirse. Hay que procurar ir lo más ligero posible porque si te cargas mucho en un momento dato te puedes pillar los dedos.