El consejero delegado de Ryanair, Michael O’Leary, muestra públicamente su preocupación por el alarmante aumento de los pasajeros conflictivos a bordo de los aviones. “Estamos teniendo cifras récord. Nosotros y la mayoría de las aerolíneas de Europa estamos viendo un aumento, particularmente este verano, de pasajeros descontentos a bordo”, explica en declaraciones a The Independent (Un Boeing 737 de Ryanair se desvía de urgencia a Málaga).
El máximo ejecutivo de la low cost revela que “las peleas entre viajeros son una tendencia creciente” y se han convertido “en el mayor desafío al que se enfrentan las tripulaciones en este momento”. Estima que en el caso de Ryanair hay una media de “un caso grave de agresión a la semana”, cuando hace cinco o diez años “era de casi cero”.
A su juicio, al consumo excesivo de alcohol, que considera que debería ser limitado por los aeropuertos, se añaden las drogas. “Siempre había pasajeros borrachos, pero generalmente se quedan dormidos. Los que toman polvos y pastillas se vuelven agresivos”, sostiene.
Además de pedir que los aeropuertos adopten medidas para reducir el consumo de alcohol en las terminales, O’Leary reclama mano dura. “Los magistrados deben imponer sanciones más efectivas”, subraya. Finalmente, revela que los vuelos de Liverpool y Glasgow a Ibiza son los más propensos a sufrir interrupciones por este motivo.