Según han manifestado fuentes de esta entidad, “las manifestaciones en algunas partes de España que ponen de relieve las preocupaciones de la población local sobre el nivel y los tipos de turismo han conseguido una amplia cobertura en los medios británicos“, que las están abordando desde distintos puntos de vista. Y están haciendo lo mismo con las que se producen en otros países receptores.
Los efectos secundarios del turismo de masas están provocando protestas. Fuente: AdobeStock
A consecuencia de estas informaciones, ABTA ha revelado que “algunos de nuestros miembros han informado de las preocupaciones de algunos clientes y les han asegurado que seguirán siendo bienvenidos en España”, a pesar de las protestas que están teniendo lugar en Canarias, Barcelona, Mallorca y Andalucía, aunque la lista de destinos afectados sigue creciendo.
Mayor sensibilización
Según han aventurado desde la patronal británica de la distribución de viajes, ante la situación de respuesta ciudadana al ‘overtourism‘, “puede ser que los clientes consideren el tipo de vacaciones que realizan cuando viajan a España, prefiriendo alojarse en hoteles en lugar de alojamientos alquilados, sin ejercer presión sobre el mercado de alquiler, sino contribuyendo positivamente a la economía local”, han remarcado desde la organización.
ABTA ha remarcado que “España debería seguir enfatizando que da la bienvenida a los visitantes extranjeros”
Así las cosas, las protestas estarían redundando en una mayor sensibilidad del turista británico hacia la sociedad que le recibe. Y, por lo tanto, la entidad considera que nuestro país debería apostar por “enfatizar” el tipo de opciones de alojamiento por las que los viajeros pueden optar “para brindar una contribución positiva y no negativa a la economía y a la población local”, han precisado las citadas fuentes.
Canarias fue la primera comunidad en manifestarse este año en contra de la saturación turística. El pasado 20 de abril, bajo el lema ‘Canarias tiene un límite’, los ciudadanos pidieron que se restringiera el crecimiento descontrolado del turismo. Los colectivos que impulsaron las marchas han anunciado que después del verano retomarán las protestas en el archipiélago.
Barcelona es el foco
Ya durante la época estival, las manifestaciones continuaron en Barcelona -donde empezaron a mediados de junio de 2023-, cuando los residentes de barrios icónicos como la Barceloneta y el Gótico salieron a las calles para exigir medidas inmediatas contra la saturación turística. Los manifestantes señalaron que la masificación está provocando un aumento descontrolado en los precios de la vivienda, el colapso de infraestructuras básicas y la pérdida de la identidad cultural.
Los orígenes de las protestas en España están vinculados a la falta de planificación y control en el desarrollo turístico
Estas mismas causas han sido apuntadas una y otra vez por los colectivos vecinales convocantes de protestas en las distintas comunidades. La siguiente en manifestarse fue Baleares, donde se han convocado dos grandes manifestaciones y diversas acciones menores, incluso en agosto. Actualmente, son muchas las acciones que han tenido lugar, incluso en destinos a priori no vacacionales, como Asturias, Cantabria o Galicia.
En respuesta a estas protestas, las autoridades locales y autonómicas han empezado a implementar una serie de medidas para mitigar los efectos de la masificación turística. En Barcelona, el Ayuntamiento ha restringido la concesión de licencias turísticas en ciertas zonas y ha aumentado la regulación sobre los alojamientos turísticos ilegales. Además, se han puesto en marcha campañas para promover un turismo más sostenible y respetuoso con el entorno local.
Contención de los cruceros
Por su parte, Mallorca ha iniciado un programa piloto que limita el número de cruceros que pueden atracar en su puerto, así como la cantidad de pasajeros que pueden desembarcar en un mismo día. Esta medida, aunque impopular entre las empresas de cruceros, ha sido bien recibida por los residentes y organizaciones ambientales que ven en ella una solución para reducir la huella ecológica del turismo masivo.
El sector turístico también está tomando cartas en el asunto. Empresas y asociaciones de esta actividad han lanzado iniciativas para promover un turismo más responsable
En consecuencia, se están fomentando prácticas como el turismo slow, que busca que los visitantes se involucren de manera más profunda y consciente con los destinos, respetando su cultura y minimizando su impacto. Además, se han intensificado las campañas para desestacionalizar el turismo, promoviendo la visita a zonas menos conocidas y en temporadas bajas.
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En otros países, las medidas para combatir el overtourism varían desde la introducción de tasas turísticas adicionales hasta la restricción del acceso a ciertas áreas naturales protegidas. En Islandia, por ejemplo, se ha implementado un sistema de reservas para limitar el número de visitantes en algunos de sus lugares más populares, mientras que en Tailandia, ciertas playas famosas han sido cerradas temporalmente para permitir su recuperación ecológica.
