España sigue recibiendo millones de visitantes este verano. Según las previsiones del Ministerio de Industria y Turismo, se espera que alrededor de 41 millones de turistas hayan visitado el país entre junio y septiembre, lo que podría generar más de 59.000 millones de euros en ingresos. Este notable afluente turístico, aunque es un motor crucial para la economía española, plantea un desafío significativo en la gestión de servicios y la protección del medio ambiente en las zonas costeras.
España ha tenido que realizar inversiones estratégicas para minimizar el impacto de la masificación turística en las zonas costeras y, por ese motivo, está adoptando un enfoque innovador al desarrollar playas inteligentes, integradas en el marco de las llamadas ‘Smart Cities’ y ‘Smart Beaches.
Estas playas están equipadas con tecnologías avanzadas que permiten una gestión más eficiente del flujo masivo de turistas, mejorando los servicios públicos y protegiendo los ecosistemas naturales.
Uno de los pilares de esta transformación es la integración de sistemas de Internet de las Cosas (IoT). Estos sistemas permiten la monitorización en tiempo real de parámetros cruciales como la calidad del agua, la afluencia de personas y la seguridad de los bañistas.
Imagen de una playa. Fuente: Hosteltur
Con esta tecnología, las autoridades pueden responder con mayor eficacia ante situaciones de emergencia y evitar la sobrecarga de servicios esenciales.
En Canarias, por ejemplo, playas como Las Canteras y Las Alcaravaneras han implementado sistemas de monitorización que analizan imágenes para observar la evolución y el desgaste de los arenales.
La Comunidad Valenciana no se queda atrás en este avance tecnológico. En Sagunto, drones equipados con inteligencia artificial monitorizan la seguridad y el aforo de las playas, permitiendo una reacción más rápida en caso de emergencias.
En el País Vasco, el sistema Kostasystems utiliza videometría para estudiar la evolución de las playas y parajes naturales ante la masiva afluencia de turistas, contribuyendo así a una gestión sostenible y la protección del medio.
Por otra parte, a partir del verano de 2025, algunas playas de Palma contarán con Wifi y con un servicio que permitirá reservar hamacas y sombrillas a través de una aplicación móvil, en la que habrá otra información extra como la oferta de entretenimiento del espacio.
Este enfoque hacia las playas inteligentes no solo busca mejorar la experiencia del visitante, sino también asegurar que la infraestructura turística pueda sostenerse en el tiempo sin comprometer los recursos naturales.
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