El leasing se ha convertido en una prioridad entre las aerolíneas de todo el mundo frente a la posibilidad de tener aviones en propiedad. El último informe de IATA muestra que, en los últimos 50 años, el arrendamiento de aeronaves ha pasado de representar un 10% de la flota total a un 58% a finales de 2023.
El aumento más espectacular se produjo entre 1980 y 2010, cuando la cuota superó por primera vez la marca del 50%. En los últimos años se ha estabilizado en torno al nivel actual del 60% de media, lo que para el lobby aéreo sugiere que este podría ser el reparto “óptimo” entre arrendamiento y propiedad en el sector.
Compañías de bajo coste como IndiGo, Lion Air, AirAsia y Wizz Air son las que más recurren a este modelo. Pero también las hay tradicionales como Delta, British Airways y American, entre muchas otras.
¿En qué consiste exactamente el término “leasing”? Es básicamente un alquiler. Los aviones son propiedad de otra empresa y ellas pagan por ellos. Esos intermediarios en realidad funcionan como bancos, porque su negocio se basa en comprar y alquilar. Entre los nombres más destacados de este tipo de empresas se encuentran AerCap o GE Capital Aviation Services.
Pese a ser una tendencia que se inició en Norteamérica, la diferencia entre ambas opciones es mucho más notable en Europa, América Latina y Asia. Su cuota de aviones arrendados se acerca ahora al 70% de la flota total, muy por encima de la media.
Entre las aerolíneas americanas, esta alternativa representa el 40%. El motivo, según IATA, reside en que “tienen mejor acceso a los mercados de capitales y a opciones de financiación alternativas relativamente baratas”. Además, apunta que “los resultados financieros relativamente mejores de la región norteamericana favorecen el modelo de propiedad”.
