El presidente de Globalia, Juan José Hidalgo, no va a reeditar con su aerolínea la salida airosa que ha tenido de sus poco rentables divisiones emisoras y hoteleras, gracias a los acuerdos con Ávoris (Barceló) y Hyatt (con el respaldo de Stoneweg y Bain) (Iberia comunica a Bruselas que renuncia a la compra de Air Europa).
El dueño de Air Europa se vino mostrando contrario a que fuese absorbida por Iberia, aunque al quedar en solitario su futuro patrimonial puede verse más comprometido, una vez el Estado puede convertir 240 millones de deuda en capital.
De este modo, Hidalgo va a tener que convivir como socia con Iberia, que ostenta el 20% del capital en su aerolínea, y se expone también a que la SEPI haga lo propio, dentro de un historial alianzas como el que ya mantuvo con Ávoris, y que del mismo modo también suscribió aunque de otra forma con Hyatt para sus hoteles de Dominicana.
El futuro de Air Europa se va a ver condicionado por su potencial para generar beneficios que puedan cubrir sus deudas, y por la lista de compradores realistas que podrían ayudarla a sostener su balance financiero.
El Ebitda de Air Europa en un año promedio, de entre 100 y 200 millones de euros, se ve comprometido por unos intereses financieros de entorno al 7 por ciento de los cerca de 1.000 millones de deuda, lo que suponen alrededor de 70 millones por ejercicio solo en ese concepto.
Junto a ello, la aerolínea de Globalia debe afrontar de modo gradual los vencimientos de deuda tanto con bancos como sobre todo con el Estado español, después de que fuera rescatada con un préstamos públicos, una vez las entidades le cerraron el grifo del crédito (Air Europa: así avanza la devolución de su rescate estatal).
Este escenario complica que, tras el fiasco de IAG, los dos únicos candidatos posibles a comprar la aerolínea, como serían Air France-KLM y Lufthansa, pudieran apreciar que les compensa una adquisición, y convencer a sus accionistas bursátiles de que puede tener para ellos tanto sentido estratégico como el que era más evidente para Iberia.
Hidalgo ha estado años negociando con ambas y nunca accedieron a dar el paso porque apenas le veían valor a su operativa, además de exponerse a caídas bursátiles en caso de anunciar una operación de este sentido, ya que sin integrarla podrían conseguir beneficios similares gracias a acuerdos para nutrirse de pasajeros.
Air France-KLM centra su operativa en dos hubs y le ha visto poco sentido a entrar en un tercero en el caso de tener que competir a cara de perro con Iberia, en lugar de la abrumadora y dominadora cuota que disfruta en París y Ámsterdam, de igual modo que puede decirse de Lufthansa en Frankfurt o ahora en Roma.
Además, el cambio de balance de Air Europa tras la pandemia aleja aún más el interés realista de estos dos grupos aéreos, que serían los únicos del sector que, por ser europeos, las reglas comunitarias les permitirán entrar. Los fondos parecen descartados, ya que un negocio de este tipo sin sinergias con una actividad principal parece más que desaconsejable.
Pero pese a ello, Hidalgo ha logrado con Air Europa que se cumpla su voluntad, y no repetirá las aplaudidas operaciones de cara a su tranquilidad personal que le han acabado suponiendo la desvinculación de Halcón y Travelplan, y de su cadena Be Live.
No obstante, ahora tendrá como socio accionarial a su máximo rival, e igualmente se expone a que el Gobierno se convierta en un factor determinante en decisiones clave patrimoniales y sobre la estrategia futura.