El Grupo Abra, matriz de Avianca, y la española Volotea han rescindido el acuerdo que firmaron el pasado 25 de junio para quedarse con las rutas de Air Europa que IAG iba a ceder a la competencia para conseguir el “sí” de la Comisión Europea, como reveló REPORTUR.co (Volotea se alía con Avianca para quedarse con las rutas de Air Europa).
La joint venture, que situó a ambas compañías como favoritas para actuar como remedy takers en la que habría sido la mayor operación de la aviación española, deja de tener sentido una vez que Iberia ha comunicado a Bruselas que renuncia a la compra de Air Europa (Iberia comunica a Bruselas que no comprará Air Europa).
La pretensión de Volotea y de la matriz de Avianca, que competían por los slots de Air Europa con Ryanair, Binter, World2Fly e Iberojet, era centrar gran parte de sus esfuerzos en Madrid, donde aspiraban a sentar una potente base. Su idea era dar conexión a más de 130 destinos de América Latina y el Caribe, y otros 20 en Europa, a partir del primer trimestre de 2025.
Para Volotea, dirigida por Carlos Muñoz, “suponía una oportunidad única para el sector y para nuestro país”, según revelaron a El Economista, y aseguran que “seguiremos nuestra estrategia de desarrollo en el mercado, aunque el ritmo será diferente”, ya que el crecimiento será orgánico, a medida que adquieran nuevos aviones y abran nuevas rutas.
Volotea, cuyo futuro y viabilidad se planeaba pivotando en gran parte en que se aprobase esta transacción, planeaba una base en Barajas para convertir este aeródromo en su mayor ‘hub’ en España y garantizar las conexiones con Latinoamérica, apoyándose en el tráfico de largo radio de Avianca.
La aerolínea con base en Asturias era la que más dependencia había puesto en su estrategia ante una eventual integración de Iberia y Air Europa, por encima de los cambios de modelo que hubiera supuesto a otras como las citadas Ryanair, Binter, World2Fly e Iberojet.