La tensión bélica creciente con ejes desde Tel Aviv y Teherán augura un largo periodo de inestabilidad en la región
La estrategia operativa de Iberia para integrar a Air Europa tenía como uno de los pilares principales potenciar a Barajas como ‘hub’ hacia Asia, pero la coyuntura geopolítica, con las guerras entre Rusia y Ucrania, unido a los ataques entre Israel y los aliados de Irán como Hamás en Gaza o Hezbolá en Líbano, alejaban la viabilidad inmediata de este proyecto, de igual modo que la ralentización económica de China.
Los vuelos a Asia por parte de aerolíneas europeas están viéndose lastrados por el cierre del espacio aéreo ruso para ellas, lo que da una ventaja determinante a las compañías de ese continente con vuelos de menos horas al no sufrir esta prohibición, como reveló Preferente (Iberia y Air Europa, en desventaja con las aerolíneas chinas al no sobrevolar Rusia).
Asimismo, la tensión bélica creciente con ejes desde Tel Aviv y Teherán augura un largo periodo de inestabilidad en la región entre Europa y Asia, lo que previsiblemente tendrá algún impacto en los flujos de viajeros entre ambos continentes.
La tendencia geopolítica viene potenciando una cada vez mayor división entre dos bloques, uno en torno a Estados Unidos y otro en torno a una China cuya economía viene sufriendo por el alejamiento de consumidores occidentales y por la pérdida de fábricas, entre una crisis inmobiliaria.
Iberia sorprendió con su llegada a Doha –base del mayor accionista de IAG, que es Qatar–, a la vez que volverá a Tokio a partir del 27 de octubre de 2024, una ruta que dejó de operar en 2020 con motivo de la pandemia (Nuevo estreno de Iberia en Asia tras su desembarco en Qatar).
Pero la invasión rusa sobre Ucrania, el hervidero de misiles y terrorismo en el que se está convirtiendo Oriente Medio, y la debilidad económica china, dificultaban que al menos en el mediano plazo el aeropuerto de Madrid pudiera crecer ostensiblemente como ‘hub’ entre América y Asia con las aerolíneas de IAG y de Globalia unidas.