La manifestación celebrada en la tarde de este domingo en Palma de Mallorca pidiendo menos turismo ha causado sonrojo entre amplios sectores de la población balear por tener precisamente como promotores a los principales artífices de la masificación, así como por los ataques a ciclistas o a inmigrantes, o por la falta de propuestas para revertir sus políticas.
Miles de asistentes fueron convocados por más de una centena de organizaciones, después de que la prensa local fomentase durante días la participación a una protesta que también ha parecido incoherente por producirse en una temporada alta en la que restauradores y comerciantes vienen lamentando una caída de un 20 por ciento de sus ventas.
Los manifestantes, tras ocho años –los del Gobierno de Armengol– sin salir a la calle, evitaron asimismo destacar las críticas al modelo Airbnb, que fue fomentado por el anterior Ejecutivo balear con el trasvase de unas 90.000 viviendas al alquiler vacacional desde el mercado residencial, sobre algo más de las 500.000 que existen en las islas.
Las banderas esteladas independentistas fueron las más visibles durante el recorrido, de igual modo que colectivos como la OCB portaban pancartas exigiendo ‘sostenibilidad lingüística’, y de que se criticase que el turismo ha traído más inmigración, y el impacto que ello tiene en minar al catalán.
Los ciclistas concentraron igualmente otro de los sectores atacados por los participantes en la protesta, entre quienes pudo verse a cargos del último gobierno autonómico del archipiélago como el vicepresidente y ex conseller de Turismo, Iago Negueruela.
Uno de los principales impulsores de este acto fue la organización ecologista GOB, cuyo anterior líder, Amadeu Corbera, había admitido su error de apoyar al alquiler vacacional solo porque perjudicaba a los hoteleros, y sin tener en cuenta que este respaldo tendría peores consecuencias para el ciudadano al dispararse el precio de la vivienda, o poblar de coches de alquiler a la isla, en contraposición al modelo clásico de la turoperación con el autobús como hábito.
Esquerra independentista, Arran o la CUP también fueron otros grupos que se movilizaron para esta protesta, que tuvo como réplica espontánea a grupos que repartían pegatinas a viajeros con el lema “we love tourism”, tras actos vandálicos sobre inmobiliarias y acosos a veraneantes los pasados días ridiculizándolos.