Bajo el lema “Cambiemos el rumbo, pongamos límites al turismo”, los manifestantes se expresaron en contra de la masificación, la caída de los salarios, la pérdida de calidad de vida, los atascos en carreteras y playas, el ruido, el consumo del territorio y el precio de la vivienda y del alquiler, y según María Jose Aguilló, vicepresidenta ejecutiva de FEHM, “han sido bastante más respetuoso que manifestaciones que se han producido en otras ciudades”, como por ejemplo Barcelona.
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Sin embargo, se registraron casos aislados de pintadas en edificios, hoteles e inmobiliarias de lujo, “que obedecen a acciones vandálicas que desaprobamos absolutamente”, ha expresado FEHM.
En palabras de María José Aguilló, estas manifestaciones “son legítimas”, pero pueden tener un impacto en la temporada: “esta acción también tiene una reacción y puede tener efectos disuasorios sobre los mercados emisores que son los deseables”
“Los mercados emisores son sensibles a la buena o mala acogida que pueda tener una destinación, pero no es una cuestión que pase únicamente aquí. Hemos visto que esta problemática, estas manifestaciones de la ciudadanía, se han producido en la mayor parte de las ciudades, no solo españolas, sino también en el ámbito europeo”, agregando que “no quiere decir que no debamos trabajar en proponer y poner soluciones sobre la mesa”.
En ese sentido, ha planteado de que “tenemos una realidad que se ha de enfrentar de una forma responsable, con trabajo y con una visión de corto, medio y largo plazo, porque al final somos una actividad que está en constante evolución y una actividad mayoritaria a nivel económico dentro de nuestra comunidad autónoma”.
Dado que la falta de vivienda ha disparado las movilizaciones contra el turismo masivo, la patronal hotelera ha destacado una serie de puntos que deberían mejorar, como es el caso de “la ausencia de control suficiente sobre el alquiler turístico ilegal que no contribuye, ni paga impuestos y priva al residente de acceso a la vivienda, así como del crecimiento desmesurado de las más de 92.000 plazas de alquiler turístico en los últimos 8 años”.
Otro gran problema, según los hoteleros, es la existencia de “una red de transporte público deficiente y unas infraestructuras viarias y aparcamientos insuficientes y sin dimensionar, teniendo en cuenta un aumento de la población en los últimos 20 años, del 40%”.
Por eso, sostienen que responsabilizar a la “principal actividad económica y motor que sustenta la mayor parte del empleo en Mallorca, sin ir al origen real y como diana de las quejas, no es constructiva, ni contribuye a una transformación en positivo para seguir evolucionando. Y, en este sentido, llama la atención el activismo y despertar de colectivos que no se han pronunciado hasta ahora, cuando la situación es la misma de los últimos años”
Tras insistir en que “respetamos las manifestaciones cívicas, condenamos el vandalismo y las actividades ilegales del tipo que sean”, los hoteleros se ofrecieron a seguir trabajando “a favor de medidas que mejoren la calidad de vida de los residentes, un colectivo del que también formamos parte”.
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