A Peng Hui, de 54 años, no le quedarán ganas de repetir el experimento de ver si podía escapar de un robo a un pasajero en un avión.
Volaba con Singapore Airlines el pasado 5 de marzo, desde Hong Kong a Singapur. No tenía pensado robar, pero en el vuelo se encontró con que otro pasajero se dejó una maleta algo abierta en el compartimento superior, en donde se veía dinero. Y encima, el aparente propietario dormía. De manera que Peng Hui procedió a cambiar el dinero de la maleta en la que estaba, a la suya.
Al llegar al aeropuerto Changi, en Singapur, la víctima declaró el dinero que creía llevar. Pero al comprobarlo, no estaba, por lo que inmediatamente denunció a la policía que, por supuesto, estaba allí mismo.
Pero Peng Hui había conseguido pasar y en su hotel cambió el dinero en moneda de Singapur. Inmediatamente fue arrestado porque para la policía fue fácil detectar al delincuente, usando los datos de embarque y las cámaras de seguridad.
A Peng le cayeron dos años y seis meses de cárcel por robar unos 90 mil dólares y, además, está condenado por ingresar ese dinero sin declararlo, lo cual era lógico porque uno no declara el dinero robado.