Ávoris tiene ante sí el complicado reto de sacar adelante la temporada 2024/2025 del programa de turismo del Imserso. El motivo es simple: cada vez es menor el número de hoteles dispuestos a trabajar por unas cantidades que llegan a calificar de “humillantes” (Imserso: Almuñécar, a punto de desaparecer del programa de turismo).
Las asociaciones de varios destinos, como la Comunidad Valenciana y la Costa Tropical, ya han advertido que sus establecimientos no acogerán pensionistas a no ser que se revise al alza la remuneración que perciben (Ultimátum de Benidorm a los viajes del Imserso).
Las cuentas llevan ya años sin salir, pero la situación se agrava cada temporada que pasa. En la próxima, que si nada se tuerce arrancará el próximo mes de septiembre, a la espiral inflacionista se suma el incremento del salario mínimo, lo que hace inasumible que los hoteles puedan dar un servicio de pensión completa por un precio que en el mejor de los casos oscila entre 25 y 26 euros la noche, frente a los aproximadamente 34 euros del coste real.
Y a estos factores externos se une la congelación del presupuesto por parte del Gobierno, el cual está a años luz del destinado hace años, así como la decisión de no tocar los precios de los viajes (Los viajes del Imserso agonizan: así ha sido el maltrato político).
Todo ello provoca que Ávoris tenga que esforzarse al máximo para cumplir los plazos establecidos y llegar a mediados de septiembre con el número suficiente de hoteles para reanudar un programa que mueve cada año a más de 800.000 personas.
Como publicó Preferente, el número de establecimientos participantes se ha ido reduciendo con el paso de los años. En la temporada 2022/2023 se situó en 242, un 20% menos que en la 2018/2019, cuando ascendió a 303. Y no solo eso. El escaso atractivo del programa desde el punto de vista económico ha mermado la calidad de los alojamientos adheridos.
Las próximas semanas serán claves para saber si Ávoris consigue salvar la temporada. Hosbec (Comunidad Valenciana), por ejemplo, ya ha dicho que la idea es intentar llegar a un acuerdo antes de que finalice julio. De lo contrario, muchos hoteles se verán abocados a echar el cierre en temporada baja y a ejecutar ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo).