Tras un arranque de verano moderado en términos de temperaturas, parece que el calor extremo volverá a los destinos turísticos españoles. La AEMET prevé “la primera ola de calor del verano a partir del miércoles”. De hecho, el lunes comenzó la “canícula”, y ahora toca entrar en “territorio extremo”, con hasta 10 grados más en algunas zonas (El calor asusta a la pujanza del turismo español a la larga).
Destinos del este peninsular, de la zona de Guadalquivir, así como Málaga, Mallorca y el sur de Canarias verán como sus termómetros superan ampliamente los 35 grados. Asimismo, Madrid, Guadalajara, Cuenca, Ciudad Real, Jaén y Córdoba alcanzarán máximas de hasta 40 grados, por lo que se ha establecido alerta amarilla (Diez destinos para huir de la ola de calor de España).
En anteriores temporadas, ya se ha visto como las elevadas temperaturas han sido un aspecto de queja por parte de los turistas, que aseguraban que había afectado a la calidad de sus vacaciones. La situación fue especialmente crítica en 2022, año en el que se sucedieron tres largas olas de calor consecutivas.
Y es que, según un informe de Caixabank Research, las temperaturas extremas son uno de los factores que reduce la propensión a regresar a nuestros destinos, especialmente entre los británicos y los estadounidenses. De hecho, varios periódicos internacionales aprovecharon esta tesitura para desincentivar los viajes a España.
Los centros urbanos serán los menos afectados por el calor extremo, ya que “suelen ofrecer opciones interiores como museos, tiendas y restaurantes, y tienen una mejor infraestructura para lidiar con olas de calor”. No obstante, las áreas costeras dependen en gran medida de las actividades al aire libre y de playa, que se ven directamente afectadas por el calor.
De igual manera, los pagos con tarjetas en TPV de CaixaBank durante las olas de calor del verano de 2023, muestran que los turistas reducen su gasto en las franjas horarias más calurosas. Así, se aprecia una bajada del 0,27% del desembolso turístico entre las 12 y las 17 horas, y con una subida del 0,14% entre las 22 y las 7 horas. En el resto de las franjas horarias no se aprecia una diferencia significativa.
Con todo ello, el estudio considera que “es crucial que el sector turístico innove e invierta en estrategias de adaptación. Esto incluye desarrollar infraestructuras resistentes al clima, repensar las experiencias turísticas para adaptarse a las preferencias cambiantes de los turistas y asegurar la comodidad de los turistas en un amplio abanico de temperaturas”.