Con 500 números y más de 60 años en el mercado, TecnoHotel empezó su andadura en 1963. Su lanzamiento corrió a cargo de la editorial Editur, ediciones turísticas, S.A., y acaeció tres años después de que la primera publicación de esta, el Semanario Editur, viera la luz. El primer responsable de esta actividad editorial fue mi padre Jordi Vila Fradera (1921-1998) y le seguimos cuatro de sus hijos: Cecilia, Mª Lluïsa, Mabel y yo mismo. Por cierto, nací también en 1963, como el Tecno (así lo llamábamos en casa).
Un ADN turístico muy marcado
El rotativo brasileño O Globo publicó una entrevista a Jordi Vila Fradera, que el periodista tituló: “Vila Fradera, o louco do turismo”. Realmente, no había mejor definición en tan poco espacio de la personalidad del fundador. De J. Vila Fradera se puede decir que vivió de forma monográfica para el fenómeno turístico, cuyo desarrollo permitió, a partir de los años sesenta y setenta del siglo pasado, el empujón decisivo a la economía española. Él fue de los primeros, en los albores del desarrollo, en alertar de los peligros del desarrollismo. Gran parte de los primeros empresarios eran neófitos por doble partida, en la incipiente actividad turística y en el mundo empresarial. La receta de cabecera de Vila Fradera para ellos siempre era la misma: formación y más formación.
Como no podía ser de otra forma, toda la familia, incluso los hijos que no dedicaron su vida profesional a la editorial, estábamos absolutamente impregnados de un sinfín de conceptos sobre política económica turística que habíamos mamado en casa. Ya de pequeños aprendimos a marcar los diarios, recortar las noticias sobre turismo y clasificarlas. Nuestra sana curiosidad nos llevaba a formular preguntas cuyas respuestas eran verdaderas disertaciones de nuestro padre. Con el tiempo, descubrimos hasta qué punto todo aquello había contribuido a cimentar nuestra labor como editores especializados en turismo.
Un Tecno bien acompañado y nutrido
Paralelamente al lanzamiento de la revista, Vila Fradera fundó la feria Hogarotel (más tarde segregada en los dos actuales salones Hostelco y Expohogar). El Tecno nació como una separata del semanario Editur de aparición bimestral, y fue en 1968 cuando se convirtió en revista mensual. En su cabecera, a modo de subtítulo, figuraba: “Vida colectiva, hoteles, restaurantes, apartamentos, residencias”. Aunque circulaba principalmente entre la creciente planta hotelera de toda España, el mensual también se distribuía entre los otros establecimientos citados.
Muchas eran las sinergias entre la publicación y la feria barcelonesa, en la que se exponían los equipamientos y también se organizaban jornadas técnicas. En esta primera etapa, los contenidos de TecnoHotel y su publicidad acompañaban a los hoteleros en todo lo referente al equipamiento de sus establecimientos y los aspectos técnicos. Se publicaba y comentaba también la legislación turística y nociones de economía de empresa, como análisis de rentabilidad de explotación.
Años después, cuando el desarrollo de empresas hoteleras españolas (y de sus proveedores de bienes de equipo) saltó fronteras, nació otra revista gemela de periodicidad trimestral: el Tecno Caribe.
La editorial vio crecer el número de publicaciones, entre otras el anuario (en lengua inglesa) “100 host of Spain”, un compendio de fichas de los mejores hoteles españoles. El “Quién es Quién en el mundo turístico” fue también una herramienta muy apreciada por los profesionales del sector, ya que les permitía localizarse mutuamente en aquellas épocas en que no disponían ni de internet ni de redes sociales. Muy apegado a TecnoHotel se publicaba el anuario de proveedores de la hotelería, el Tecno Guía.
Pero además de convivir con sus publicaciones hermanas, TecnoHotel también interactuaba con otros servicios que fueron desarrollándose bajo el paraguas del Grupo Editur. La agencia Marketur, creativa y distribuidora de publicidad (obviamente siempre turística). La actividad de consultoría especializada en turismo, desarrollada desde Consultur, llegó a su máximo apogeo en el año 1992, cuando coincidieron dos grandes eventos internacionales en España: la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona. Vila Fradera ofrecía desde 1964 asesoramiento jurídico, y yo mismo me incorporé en 1988 a su bufete.
Esta vertebración de actividades, todas y cada una de ellas marcadas por la alta especialización en turismo, suponía una gran ventaja para el director de la publicación, que tenía a su alcance una verdadera mina de contenidos y de colaboradores con tan solo levantar el interfono en sus propias oficinas.
TecnoHotel se emancipa con Peldaño
Como acabamos de ver, la fórmula para producir los contenidos de TecnoHotel venía marcada por la aludida idiosincrasia del Grupo Editur. Además, Vila Fradera, junto a su know-how, también transmitió a sus hijos valores que en ciertos momentos trascendentales del periplo editorial pesaban mucho en la segunda generación. La exigencia de máxima calidad editorial e independencia debía prevalecer por encima de todo, incluso del interés económico.
Estos factores fueron los que entraron en juego cuando en 2009 Ignacio Rojas de GrupoPeldaño me propuso hacerse cargo de TecnoHotel. Contra todo pronóstico, la decisión fluyó sin problema.
El TecnoHotel de Peldaño ha sabido adaptarse a lo que entonces denominamos la revolución de las TIC. Para mí, comprobar la jovialidad y empuje del Tecno en esta efeméride de los 500 números no solo es motivo de satisfacción, sino también de tranquilidad por haber cumplido con el ideario de su fundador.