Hoy en día, se trata de un activo de gran valor, pero no ha sido fácil llegar hasta aquí, quizá, por la intangibilidad y el carácter indirecto de su aporte. Ahora bien, una vez se apuesta por la comunicación y se trabaja debidamente, te sitúa en el mapa, define tu talante, marca tu tono, te posiciona, te ayuda a diferenciarte y a discriminar, en el mejor de los sentidos.
Pero no es una parcela fácil de defender. De hecho, en tiempos de vacas flacas, se suele recortar en comunicación, y me parece un error gravísimo. Tenemos un ejemplo muy reciente en el Coronavirus. Hay quien, sencillamente, desapareció en términos de visibilidad y presencia mediática en pandemia. En nuestro caso particular, sin embargo, recuerdo pocas etapas tan activas en materia de comunicación. Y es que era fundamental transmitir actividad, actualidad, compromiso, apoyo, normalidad (dentro de lo anómalo de la situación). Hoy, estoy firmemente convencido de que la comunicación nos hizo salir reforzados de aquella pesadilla.
Si realmente se persigue aportar valor, la comunicación B2B debe evolucionar para encontrar el equilibrio entre venta y divulgación, entre diálogo one-to-one y monólogo para las masas, entre la máxima exposición posible y el estar por estar. La clave está en la escucha activa. Si conoces las inquietudes, intereses y necesidades de tus audiencias, elaborar los mensajes y seleccionar los canales adecuados resulta más sencillo. Nosotros tenemos claro que nuestro destinatario tipo se encuentra en los medios especializados como TecnoHotel, que hace las veces de amplificador de nuestro discurso.