El mundo está en medio de una revolución digital que está transformando la forma en que vivimos y trabajamos. Desde la inteligencia artificial hasta las aplicaciones móviles, la tecnología está remodelando nuestro día a día. Sin embargo, a medida que abrazamos estos avances, también surgen preguntas sobre quién se beneficia realmente de ellos, cómo afecta al medioambiente y quién queda rezagado en el proceso.
Según Hug March, catedrático de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), «la digitalización desempeña un papel importante en la transición ecológica europea, muy centrada en conseguir que Europa sea un continente neutro en carbono en 2050». Sin embargo, March advierte sobre el riesgo de exclusión de aquellos que no tienen acceso a estas tecnologías. «La brecha digital y la falta de acceso a recursos tecnológicos pueden exacerbar aún más las disparidades entre los distintos actores de la sociedad», señala.
De hecho, recuerda March, la pandemia reforzó todavía más la necesidad de este giro digital en los diferentes ámbitos. «Los fondos Next Generation se vinculan con muchas estrategias de digitalización de diferentes sectores que interaccionan con el fomento de la sostenibilidad y la transición ecológica», matiza.
Por otro lado, Joan Torrent, también catedrático de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, destaca que «la tecnología puede contribuir a una gestión más eficiente de los recursos y a la reducción de los desperdicios». Sin embargo, Torrent también plantea preocupaciones sobre el impacto en el medioambiente de estos avances, como el aumento del consumo energético y la generación de residuos electrónicos.
Ahora bien, según el catedrático de la UOC, también hay un amplio abanico de aspectos que son limitantes. «Es el caso de los problemas y límites económicos y sociales vinculados con sesgos, usos no éticos, polarizaciones y desigualdades de todo tipo entre personas y también entre empresas. En el ámbito medioambiental, también tenemos nuevas divisorias vinculadas a los efectos rebote de la eficiencia, el gasto energético o la geoestrategia de la IA«, apunta.
En este contexto, es fundamental adoptar un enfoque equilibrado que tenga en cuenta tanto los beneficios como los desafíos de la transformación digital. La colaboración entre los diferentes actores, desde los gobiernos hasta las empresas y la sociedad civil, será crucial para garantizar que la digitalización beneficie a todos y promueva la equidad y la sostenibilidad a largo plazo.
Desde la UOC tratarán este tema el martes 7 de mayo en la Jornada sobre Sostenibilidad, Transformación Digital y Medioambiente. Un debate sobre los pros y los contras de los vínculos que existen entre la transición verde.
Imágenes cedidas: Freepik