Los accesos, tanto en canales digitales como en espacios físicos, que incorporan biometría son mucho más seguros. Los datos biométricos no se pueden falsificar o robar. Por ello, tanto en el caso de un registro o gestión online, como para controlar los accesos físicos las instalaciones de los huéspedes o del propio personal, cada vez más hoteles optan por un control de acceso biométrico. Así, se aseguran de que ninguna persona no autorizada entre a las habitaciones de los huéspedes, o acceda a zonas restringidas como el almacén o las oficinas.
Así, aunque la implementación de sistemas biométricos puede requerir una inversión inicial significativa, muchos hoteles y alojamientos turísticos ya están viendo un retorno de inversión a largo plazo, gracias a la mejora en la eficiencia operativa, la reducción de costes asociados con tarjetas y llaves físicas, y la capacidad de ofrecer una mejor experiencia a sus clientes.
Además, la adopción de estas tecnologías ayuda al sector hotelero a mantenerse competitivos en un mercado en constante evolución, y cada día más y más digital.