
Europa y Oriente Medio tuvieron suerte porque la orden de paralizar las flotas de los 6.000 aviones A320 (y derivados) que operan en el mundo tuvo lugar durante la tarde-noche del viernes, tiempo ideal para que al parar se pudiera hacer la actualización de software, que exigía unas tres horas por aparato. En cambio, en Estados Unidos hubo muchos más problemas. El sábado había pocas consecuencias y este lunes se espera que ya todos los aviones vuelen normalmente (Airbus ordena retirar y revisar 6.000 aviones A320).
El incidente que descubrió el fallo tuvo lugar a finales de agosto, cuando un avión de JetBlue que volaba a Newark sufrió una súbita pérdida de altitud, atribuida al impacto de la radiación solar.
American Airlines, que tiene 340 A320, sólo vio que 209 necesitaran el nuevo software, lo que provocó 120 cancelaciones y 530 retrasos. En París, Air France anuló algunos vuelos. En Japón, All Nippon suspendió 60 vuelos. Jetstar en Australia canceló 90 vuelos.
Pero en Europa, Easyjet prácticamente no tuvo problemas porque por un lado está operando sólo con una parte de la flota dado que estamos en temporada baja y, por otro, la noche bastó para descargar el software, con lo que por la mañana apenas hubo incidencias. Easyjet dijo en un comunicado que “hemos introducido la actualización de software en suficientes aviones para que hoy (por este sábado) podamos volar normalmente”.
También se vio afectada Wizz Air, pero en menor importancia. Otras aerolíneas como British Airways o Iberia tampoco tuvieron problemas (Iberia evita el caos por la crisis global de los Airbus A320).
