También se pide más capacidad de integración con otros servicios y una mayor seguridad; sólo un 23% de los viajeros considera que la solución óptima tendría que ser más económica
• Que sea más sostenible y responsable es el ítem que menos valoran los usuarios en la lista de características más deseadas
• Para Josep Bellés, CEO de Beroni, la priorización de la experiencia sobre cualquier otro aspecto revela un desafío sectorial: “Mientras la industria busca la sostenibilidad, el consumidor todavía define el valor tecnológico en términos de comodidad y eficiencia operativa”
Más intuitiva y fácil de usar (66%) y personalizada para cada tipo de usuario (41%). Así debería de ser la tecnología ideal a la hora de planificar y emprender un viaje, a juicio de una mayoría amplia de entrevistados en la última consulta llevada a cabo por Beroni en colaboración con el Observatorio Nacional del Turismo Emisor, ObservaTUR, el instrumento de monitorización y análisis del emisor nacional, que integra una selección de empresas líderes del sector del turismo y los viajes.
Tras estos criterios, a distancia, un 34% de los viajeros nacionales considera que la tecnología tendría que integrarse en mayor medida con otros servicios, mientras que un 28%, por su parte, entiende que ante todo habría de ser más segura para su uso con la máxima tranquilidad y evitar fugas de datos o información.
La rapidez en el tiempo de respuesta a las demandas, citada por un 26% de consultados, es otro aspecto que se refiere como solución adecuada para acompañar al viaje. Es más, esta celeridad se prefiere por encima, por ejemplo, de la capacidad predictiva de la tecnología.
Con todo, lo que más llama la atención de la consulta de Beroni y ObservaTUR son los apartados relativos a la economía, la sostenibilidad y la responsabilidad, pues son factores que apenas se recogen dentro del capítulo de la “tecnología ideal”.
Según Josep Bellés, CEO de Beroni, «la tecnología ideal para el viajero es aquella que promete una navegación sin fricciones y un diseño hiperpersonalizado. Esta priorización de la experiencia sobre cualquier otro aspecto revela un desafío estratégico crucial para el sector: mientras la industria busca la sostenibilidad, el consumidor todavía define el ‘valor’ tecnológico puramente en términos de comodidad y eficiencia operativa.»
